La Comisión Europea (CE) ha dado a conocer el estado de desarrollo del proyecto Solar Jet, que la UE financia con 2,2 millones de euros con cargo al Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico y que concluye este año. “El proyecto se encuentra aún en fase experimental y se ha producido un vaso de carburante para reactores en condiciones de laboratorio utilizando luz solar simulada”. Esta es la primera conclusión que publica la CE sobre la marcha de Solar Jet.
Los investigadores del proyecto confirman que “se ha logrado producir el primer carburante «solar» para reactores del mundo a partir de agua y dióxido de carbono (CO2)”, al demostrar con éxito, también por primera vez, “la totalidad de la cadena de producción de queroseno renovable, utilizando luz concentrada como fuente energética de alta temperatura”. Aldo Steinfeld, responsable de la investigación y desarrollo del reactor solar en la ETH Zürich (la universidad politécnica federal), uno de los socios del proyecto, afirma que “la tecnología del reactor solar mejora la transferencia de calor radiante y acelera la reacción cinética, cruciales para maximizar la eficiencia de conversión de energía solar a combustible".
Gas de síntesis y proceso Fischer-Tropsch
La comisaria Máire Geoghegan-Quinn, coincide en este pronóstico: “Esta tecnología supone que un día podremos producir un carburante más limpio y abundante para aviones, automóviles y otras formas de transporte”. Añade Geoghegan-Quinn que investigaciones como la actual “podrían aumentar considerablemente la seguridad energética y convertir uno de los principales gases de efecto invernadero causante del calentamiento global en un recurso útil”. Desde Solar Jet piensan que los resultados son esperanzadores y permiten pensar que en el futuro podrá producirse todo tipo de carburantes líquidos de hidrocarburos a partir de luz solar, CO2 y agua.
En cuanto a la tecnología empleada, desde la CE explican que en una primera fase se utilizó luz concentrada –luz solar simulada– para convertir el CO2 y el agua en gas de síntesis en un reactor solar de alta temperatura que contenía materiales basados en óxido de metal elaborados por la ETH Zürich. Posteriormente, el gas de síntesis (una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono) fue transformado en queroseno por Shell (otro de los socios) utilizando el proceso químico de conversión de gas de síntesis a hidrocarburo líquido denominado Fischer-Tropsch.
Combustibles sostenibles con materias primas ilimitadas
Solar Jet combina una tecnología novedosa, la producción de gas de síntesis mediante radiación solar concentrada, con otra más desarrollada, la transformación de esos gases en queroseno y otros biocarburantes líquidos. “La combinación de ambos enfoques puede proporcionar un suministro seguro, sostenible y modulable de carburante de aviación, así como de gasóleo y gasolina, o incluso de plásticos”, apuntan desde la CE, que recuerda igualmente que “los carburantes derivados del proceso Fischer-Tropsch ya se han certificado y los pueden utilizar los vehículos y las aeronaves existentes sin necesidad de modificar los motores ni la infraestructura del combustible”.
Además de la ETH Zürich y de Shell, en Solar Jet participan el instituto de investigación aeronáutica Bauhaus Luftfahrt, el centro de investigación alemán en navegación aérea y espacial Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt (DLR) y la proveedora de servicios de I+D Arttic, que es el socio encargado de la gestión. Solar Jet es el acrónimo del nombre completo del proyecto: Solar chemical reactor demonstration and optimization for long-term availability of renewable jet fuel.
Andreas Sizmann, coordinador del proyecto en el Bauhaus Luftfahrt, asegura que “con esta primera prueba de laboratorio Solar Jet ha dado un paso importante hacia la obtención de combustibles verdaderamente sostenibles a partir de materias primas prácticamente ilimitadas en el futuro”.