Los expertos del centro almeriense, liderados por la científica Milagrosa Santos Hernández, pretenden, por un lado, disminuir la acumulación de este residuo; mientras que, por otra parte, se han marcado como objetivo el producir nuevas materias primas con aplicaciones agrícolas.
La necesidad de una solución que permita aprovechar este residuo es urgente, ya que la proporción en la que se origina la glicerina en la producción de biodiésel es muy elevada (alrededor del 10% del volumen obtenido). La glicerina se ha venido empleando hasta ahora en cosmética y en algunos productos alimentarios y farmacéuticos.
El equipo investigador todavía ha de concretar algunas cuestiones, como determinar la dosis justa para controlar los patógenos sin que se vea afectada la germinación de las semillas, asegura Milagrosa Santos.
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