María Jesús Rodríguez de Sancho, subdirectora general de Política Forestal y Desertificación del Ministerio de Medio Ambiente, comentó a Energías Renovables que “se trata de un paso más que se ha podido dar gracias al estudio previo que se ha llevado a cabo en el entorno de 19 centrales térmicas en toda España, en especial de las más contaminantes, que servirá además para elaborar la estrategia para el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal residual que establece la Ley de Montes”.
La térmica de As Pontes está entre las elegidas
Endesa en Galicia, HC Energía en Asturias e Iberdrola en Castilla y León son las tres compañías que han firmado el convenio en las diferentes comunidades autónomas. En todos los casos se comprometen tanto al tratamiento de la biomasa como a su posterior utilización en la central, con la consiguiente adaptación del proceso productivo. Las centrales de As Pontes en Pontevedra, de Aboño en Asturias y de Velilla del Río Carrión en Palencia son las tres en las que se iniciarán los primeros trabajos.
El Ministerio de Medio Ambiente se responsabiliza de las labores selvícolas, la recogida de biomasa, su transformación en astillas, el transporte a la central y del informe de resultados de la parte forestal. Parecidos cometidos realizarán las comunidades autónomas, que también se harán cargo de la selección y puesta a disposición de los emplazamientos. Por último, el IDAE se encarga de la interconexión de las actividades selvícolas e industriales, de la evaluación de los resultados y de la elaboración final del informe con las conclusiones del proyecto.
Pulverizar la biomasa
“Según los estudios preliminares, la biomasa no puede estar a más de 25 kilómetros de la central ni ubicarse en ningún espacio protegido y deberá cumplir con unos parámetros de rentabilidad relacionados con la especie, el lugar en el que se encuentre y el acceso al mismo”. Rodríguez de Sancho añade igualmente que “esos primeros estudios nos han demostrado que la biomasa tiene que estar casi pulverizada para aprovecharla al máximo dentro de un proceso de co-combustión”.
La subdirectora general de Política Forestal y Desertificación señala que existe la posibilidad de aprovechar no sólo la biomasa forestal residual, sino también la procedente del apeo directo de árboles. “Esto puede ocasionar una posible competencia con otras industrias, pero creo que hay campo para todos y tanto el estudio realizado como los convenios firmados deben demostrarlo”, concluye.
En todos los convenios, el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Dirección General para la Biodiversidad, aportará 330.000 euros en dos años (90.000 en 2007 y 240.000 en 2008). Las cantidades aportadas por las compañías eléctricas varían entre 600.000 y un millón de euros y el porcentaje inicial de sustitución del carbón ronda el 5%.