“La Comisión Europea puede confirmar que el 7 de octubre de 2014 funcionarios llevaron a cabo inspecciones sin previo aviso en los locales de empresas dedicadas a la producción, distribución y comercialización de etanol”. Así comienza una nota de prensa de la CE en cuyo contenido se explica el porqué de esta inspección por sorpresa que afecta a empresas de dos Estados miembros de la UE cuyo nombre no desvela.
Las sospechas se refieren a una posible alteración de los precios de referencia con "comportamientos anticompetitivos", como la connivencia entre empresas a la hora de suministrar información sobre los precios a las agencias responsables. “Si dicho comportamiento fuera verificado supondría la violación de las normas antimonopolio europeas que prohíben y castigan los cárteles y las prácticas comerciales restrictivas y abusos de posición dominante en el mercado”, recuerdan desde la CE. Las inspecciones no anunciadas son un paso preliminar a la investigación de prácticas anticompetitivas.
Sin nombres en esta etapa de la inspección
Los funcionarios de la Comisión estuvieron acompañados por sus homólogos de las autoridades nacionales de competencia y desde la CE se recuerda que “el hecho de que se lleven a cabo estas inspecciones no significa que las empresas sean culpables de comportamiento anticompetitivo ni prejuzga el resultado de la investigación”. Añade que el derecho de defensa incluye que las empresas sean escuchadas en los procedimientos antimonopolio y que no se dé su nombre en esta primera etapa de inspección.
La CE advierte de que “no hay un plazo legal para completar las investigaciones sobre conductas anticompetitiva” y la duración del proceso “depende de una serie de factores, incluyendo la complejidad de cada caso, el grado en que las empresas en cuestión cooperen con la Comisión y el ejercicio de los derechos de defensa”.
Por último, insiste en que los precios evaluados y publicados por las agencias que los reportan sirven como referencia para el comercio en los mercados físicos y en los financieros para una serie de productos de consumo en Europa y en el mundo. La CE avisa que saltarse las normas y leyes que regulan este funcionamiento conduce a distorsiones de precios que, aunque en ocasiones sean pequeñas, pueden tener un impacto significativo sobre los precios, lo que podría perjudicar a los consumidores.