El objetivo último es culminar un estudio que determine los costes reales de la utilización de biomasa para co-combustión, analizando todo el proceso de gestión de entre 3.000 y 7.000 toneladas de biomasa de origen forestal.
De antracitas a biomasa forestal
Este acuerdo complementa el proyecto de I+D+i denominado BIOVEL que Iberdrola desarrolla en la central de Velilla, dentro del programa de innovación de la Junta de Castilla y León. La iniciativa ha permitido identificar y caracterizar la biomasa existente en el entorno de la planta, así como modelar su combustión en la caldera, originalmente diseñada para antracitas. El último paso de esta iniciativa serán las pruebas reales de co-combustión, que se realizarán en el marco del convenio recién firmado.
La misma empresa señala que iniciativas como ésta se encuadran en el conjunto de medidas de reducción del impacto ambiental que lleva a cabo en sus centrales térmicas. En concreto, en la de Velilla se está construyendo una desulfuradora que reducirá en un 95% las emisiones de óxidos de azufre y en un 80% las de partículas sólidas. También está en curso la instalación de nuevos quemadores que disminuirán en un 50% las emisiones de óxidos de nitrógeno.