El DOE publicó el pasado 15 de julio las resoluciones por las que se otorga la autorización ambiental unificada para la instalación y puesta en marcha de dos plantas de generación eléctrica a partir de biomasa en Extremadura. Ambas resoluciones fueron aprobadas con anterioridad por la Dirección General de Medio Ambiente y contribuirán a incrementar en 18 MW la potencia instalada de renovables en general y de biomasa en particular.
La primera de las plantas se ubicará en el término municipal de Calzadilla, en Cáceres, y la autorización se otorga a Energías Especiales de Extremadura, sociedad participada mayoritariamente por Gas Natural Fenosa. Dicha empresa calcula invertir entre 22 y 30 millones de euros y crear 25 empleos directos en una planta de generación de electricidad de 10 MW de potencia que se abastecerá con biomasa procedente de cultivos herbáceos y leñosos. Según la información presente en el DOE, la instalación prevé el procesamiento de 66.500 metros cúbicos al año y tener una operatividad de 7.800 horas también anuales.
Del estudio del cultivo de paulonia a una planta en Badajoz
La planta de Puebla de la Reina la promueve Biomasa Renovables 1, empresa liderada por el grupo Montealto. En este caso, la instalación suma 7,7 MW de potencia instalada y el DOE refleja que, además de cultivos leñosos y herbáceos, la planta procesará residuos forestales y la capacidad de almacenamiento será de 60.000 toneladas. Tanto esta planta como la de Calzadilla deberán cumplir con el condicionado que figura en la autorización ambiental unificada.
El grupo Montealto cuenta con una amplia cartera de instalaciones y servicios en sectores como el fotovoltaico, termosolar, eólico, cogeneración y eficiencia energética. La puesta de largo industrial en la biomasa se refuerza con proyectos de investigación para “evaluar desde los puntos de vista agronómico, económico, ambiental y energético una serie de especies vegetales, tanto herbáceas como leñosas, para uso energético”, y destacan el estudio de la paulonia. Sus objetivos son “identificar aquellas especies con mayor potencial energético para definir futuras líneas de I+D; caracterizar económicamente cada uno de los cultivos a través del estudio de sus costes y de los ingresos derivados de las ventas y la percepción de ayudas; analizar las posibilidades de almacenamiento de la biomasa obtenida y estudiar métodos y equipos para su adecuación al uso energético”.