Casi a la par que la dirección de Iberia comunicaba a los representantes sindicales de los trabajadores el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implica el despido de 3.807 trabajadores, el Ministerio de Fomento daba a conocer el acuerdo de cooperación entre España y Estados Unidos para el desarrollo de biocarburantes en la aviación, algo que puede ayudar a paliar la sangría del desempleo. En la nota de prensa del ministerio, este recuerda que “los análisis realizados en España muestran que la introducción de combustibles alternativos de aviación podría crear 8.000 puestos de trabajos directos e indirectos y ayudar a reducir la dependencia energética española”.
El acuerdo suscrito por la directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Isabel Maestre, y la directora ejecutiva de Asuntos Exteriores de la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU, Carey J. Fagan, “refuerza los programas emprendidos por ambos países con industrias e instituciones para el desarrollo de combustibles alternativos al queroseno”, y confirman que “reforzará el liderazgo de España en este campo tecnológico”.
Un acuerdo estatal y un proyecto europeo como base del acuerdo
Desde que en octubre de 2011 tres ministerios (Fomento, Industria y Medio Ambiente) y trece empresas (fabricantes de aeronaves, aerolíneas, productores de biocarburantes...) y centros tecnológicos suscribieron en España un convenio para potenciar el desarrollo de biocarburantes en la aviación comercial, se mantiene el impulso al sector. En este convenio está Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa), empresa citada por Fomento dentro de otro programa que va en la misma dirección de los dos acuerdos citados.
“España, a través de la empresa Senasa, lidera el programa Itaka, financiado por la Comisión Europea, que realiza el I+D+i para la implantación de los combustibles de aviación en Europa y coordina la iniciativa española con las otras iniciativas europeas”, añaden desde el ministerio. Como ya informó este portal, el proyecto Itaka (Initiative Towards sustAinable Kerosene for Aviation) tiene como objetivo principal producir combustible de aviación sostenible y renovable y probarlo en los sistemas logísticos existentes y en operaciones de vuelo convencionales en Europa. Los aceites de camelina y los usados figuran entre las materias primas a desarrollar.