Oil World, consultora experta en mercados de semillas oleaginosas y aceites vegetales, advierte de que durante el presente año continuarán creciendo las importaciones de biodiésel desde Argentina, principalmente, e Indonesia, y que España será uno de los países más afectados por este incremento. Según una noticia recogida por Reuters Argentina, la firma alemana asegura que durante 2011 las importaciones se dispararon hasta llegar al récord de 2,6 millones de toneladas, por encima de las 1,9 millones de toneladas de 2010. Sólo España importó 1,06 millones en 2011, más de la mitad del total europeo y casi el doble de las 0,67 millones de toneladas que entraron en nuestro país en 2010.
Para el caso europeo, una de las explicaciones que aporta Oil World son los elevados precios que alcanzó la colza tras una reducida cosecha en 2011, algo que afecta notablemente a la industria europea, ya que constituye el principal aceite sin refinar de producción propia destinado a la elaboración de biodiésel. También resalta que ese valor ha descendido en las últimas semanas, y el lunes cotizó por encima de 980 euros por tonelada para entrega entre marzo y abril, cinco euros más que el valor del aceite de soja, pero muy debajo de los datos de febrero, cuando estaba 55 euros por encima.
Una directiva que propició un “exagerado crecimiento de la industria de los biocarburantes”
The european market for biofuel plants 2012/2013 es el nombre del estudio realizado por otra consultora alemana, Ecoprog, experta en temas ambientales y tecnológicos. En este caso se buscan algunas causas más a la crisis que sufre el sector de los biocarburantes en Europa y muy especialmente la industria del biodiésel en España, y habla claramente de exceso de capacidad, algo que también destaca en el PER 2011-2020. La sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables contestó entonces que “no debería hablarse de sobrecapacidad, sino de infrautilización” y que “se deberían haber establecido en el PER objetivos de consumo en consonancia con los potenciales que el propio plan señala”
El estudio de Ecoprog, publicado a finales de febrero, destaca que actualmente hay en Europa 380 plantas de biocarburantes y que con toda probabilidad habrá cuarenta más de aquí a cinco años. Este auge, señalan, surgió al amparo de la Directiva Europea de Energías Renovables, que estableció para 2020 un 10% de energía en el transporte procedente de fuentes renovables. Sin embargo, el estudio considera que “muchos países de la UE exageraron el desarrollo de su industria de biocarburantes, especialmente de biodiésel, que inicialmente estaba previsto para que el sector agrícola superara su situación crítica”. Añade que en Alemania, Holanda y Hungría la capacidad de producción es notablemente superior a la demanda interna y, en general, la europea supera a la demanda en alrededor del 60%, que se suma a lo apuntado por Oil World: la dificultad para vender los caros biocarburantes europeos en el mercado mundial.
La certificación sostenible y la orden del biodiésel como tablas de salvación
Como en el análisis de Oil World, aquí también se habla de la enorme presión que ejercen las importaciones desde Argentina e Indonesia, incluso la repercusión negativa en forma de cierre de plantas en España. A pesar de todo, el mensaje final es optimista, o al menos eso se deriva de la opinión de los principales productores, que entienden que la consolidación de los criterios de sostenibilidad hará más visible la producción ecológica de los biocarburantes europeos y más difícil la entrada de los ajenos a la UE. No obstante, en Ecoprog piensan que aún hay que esperar para que se clarifique del todo este tipo de producción sostenible.
Mientras tanto, la industria del biodiésel en España sigue paralizada. Hace unos días, el consejero de Economía de la Xunta de Galicia, Javier Guerra, aseguraba que había pedido al Ministerio de Industria, Energía y Turismo que ponga en marcha la orden que facilite el consumo de biodiésel español. En una información publicada en La Voz de Ferrol se confirma que de las tres plantas puestas en marcha en la comarca ferrolana, la de Biocarburantes Peninsulares en Narón, y las de Entabán e Infinita Renovables en el puerto exterior de Caneliñas, la primera no llegó a funcionar, la segunda está parada y la tercera tiene a la práctica totalidad de su plantilla afectada por un ERE.
Más información:
http://www.ecoprog.com/en/publications/energy-industry/biofuel-plants.htm
http://ar.reuters.com/
www.lavozdegalicia.es