En septiembre de 2010, John Baffes, economista ejecutivo del grupo de Análisis de Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, admitía que el efecto de los biocarburantes sobre los precios de los alimentos no había sido tan importante como se pensó. Dos años antes, la institución a la que representa Baffes afirmaba lo contrario, al igual que otros organismos internacionales como la FAO o el FMI. Hace unos días, la Comisión Europea daba a conocer un documento coordinado por Ecofys en el que concluye que “el análisis de diferentes escenarios muestra claramente que la expansión del uso de biocarburantes ha contribuido poco (entre un 1 y un 2 %) al aumento histórico del precio de los cereales que se dio entre 2007 y 2010”.
El documento de Ecofys otorga algo más de responsabilidad (un 4 %) al efecto del crecimiento de la producción y consumo de biodiésel en la UE sobre el precio de alimentos basados en plantas oleaginosas. La sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) ha recibido con satisfacción estas conclusiones, ya que “la Comisión considera que los principales factores que contribuyeron al aumento de los precios alimentarios fueron las menores cosechas derivadas de incidencias meteorológicas, la creciente demanda mundial de carne y el aumento de los precios del petróleo”.
España incumplió el objetivo previsto en su PANER para 2010
Junto a este documento, la CE publicó en marzo sendos informes presentados al Parlamento y el Consejo europeos que completan el análisis del cumplimiento del objetivo de la directiva de energías renovables por parte de los Estados miembros. Aunque EurObserv’ER ya ha publicado los datos de 2011y España ha adelantado los de 2012, los que aporta la CE llegan hasta 2010, donde cifra el consumo de biocarburantes en la UE en 13,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep), que representaron casi el total del 4,7 % de renovables en el transporte. Esta cuota de mercado fue inferior al objetivo previsto (4,9 %) para toda la UE en el conjunto de los planes de acción nacioniales de energías renovables (PANER) presentados por los Estados.
APPA Biocarburantes hace también una valoración de dichos informes y recuerda que la CE constata que “España incumplió el objetivo de renovables en el transporte previsto en su PANER para 2010 (6 %), alcanzando tan sólo un 4,8 %”. El informe señala que la mayoría de los Estados miembros no están implementando las medidas previstas en sus PANER y alerta de que si no adoptan medidas adicionales a las ya vigentes, incluyendo el incremento de las obligaciones de consumo de biocarburantes, no se alcanzarán los objetivos fijados para 2020. Óscar García, presidente de APPA Biocarburantes, afirma que “las recomendaciones de la CE contradicen frontalmente la reciente decisión del Gobierno español de rebajar los objetivos obligatorios en España”. García pide que el Gobierno rectifique su decisión, “de lo contrario, el incumplimiento de la legislación comunitaria no hará sino agravarse”.
Impactos: en general bajos y asumibles, con excepciones
Los informes de la CE también contradicen los nuevos objetivos propuestos por esta misma institución de rebajar al 5 % la contribución de los biocarburantes procedentes de cultivos en el objetivo del 10 % de renovables en el transporte para 2020. Si como dicen en los documentos, el 4,7 % de 2010 se consiguió en su práctica totalidad con bioetanol y biodiésel de primera generación (basados en cultivos), queda un estrecho margen de crecimiento de solo el 0,3 % a alcanzar en diez años para cumplir los nuevos objetivos propuestos con los biocarburantes que más se usan en la actualidad.
El documento de Ecofys hace un exhaustivo repaso a la sostenibilidad de los biocarburantes, que incluye el estudio de sus repercusiones sobre el uso del suelo y su propiedad, la biodiversidad, el agua y el aire y la creación de empleo. Según los informes presentados por los Estados miembros, dichos impactos son bajos y asumibles, aunque en el análisis sostiene que puntualmente existen impactos importantes a tener en cuenta: consumo de agua en Bélgica, Argentina y Paraguay y conversión de zonas arbustivas y pastizales en Brasil y Estados Unidos, entre otros. No obstante, se destacan los avances en incorporación de esquemas de sostenibilidad voluntarios en Argentina, Brasil, Indonesia, Malasia y EEUU y el ahorro bruto de emisiones de CO2 conseguido en 2010, que fue de 25,5 millones de toneladas.
Biocarburantes: parte de una solución continuamente puesta en cuestión
“Este informe de la CE confirma de nuevo que los biocarburantes son parte de la solución para seguir avanzando hacia un modelo de transporte sostenible, generando riqueza y nuevos puestos de trabajo”, concluye Óscar García. Sin embargo, la puesta en cuestión de estos combustibles sigue adelante. En la semana que entra le toca el turno a la Fundación Francisco Corell, creada en 1997 por la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) para la defensa de la seguridad y el medio ambiente en este tipo de transporte. El próximo miércoles 17 de abril presenta el libro La cara oculta de los combustibles alternativos, escrito por el periodista y matemático Jorge Palacios, que “pone en tela de juicio muchos de los tópicos existentes sobre el efecto nocivo del automóvil y el transporte por carretera en el medio ambiente y advierte de la falta de madurez de los llamados combustibles verdes para su uso generalizado”.