El Faro de Vigo recoge en su información los datos aportados por Ignacio Colmenares en un encuentro con la prensa tras la celebración de la junta de accionistas. “La planta de biomasa de 40 megavatios, que ya tiene como único posible destino Pontevedra, tras descartarse León y Huelva por falta de rentabilidad, crearía un total de 30 puestos de trabajo industriales y 300 en materia de logística y en el ámbito rural”, refleja la noticia del diario pontevedrés. El mismo medio publicó un día después que dentro de un mes se confirmará dicha construcción.
La apuesta de Ence por la bioenergía se enmarca en una mayor de bioeconomía y desarrollo rural, según las palabras del propio Colmenares, que conllevarán inversiones de 662 millones de euros dentro de su Plan Estratégico 2016-2020. El mismo consejero delegado, tras destacar el beneficio neto de 50 millones de euros obtenido en 2015 y la reducción en un 15% de su endeudamiento, calificó de “titánico” el esfuerzo realizado para alcanzar estos resultados tras el impacto que tuvo la reforma eléctrica en los planes y los resultados de la empresa.
Importante papel de la biomasa
Esos buenos resultados han servido para que Ence pague un dividendo complementario de 0,10 euros por acción que sumado al dividendo a cuenta del pasado mes de octubre se eleva a 0,144 euros. Recuerdan que “representa una rentabilidad del 4,7% sobre la cotización media de la acción de Ence en 2014 y supera en un 44% el repartido por la compañía un año antes”.
En relación a la apuesta por la bioenergía, el presidente de la compañía, Juan Luis Arregui, destacó “el importante papel que puede jugar Ence en la transformación del modelo energético gracias a su sólida experiencia en el terreno de la generación con biomasa”, calificándola como “la mejor solución para sustituir progresivamente a las centrales térmicas contaminantes”.
Adelante en Canarias, con otra ubicación
Arregui no olvida los efectos de las normativas que afectan a las energías renovables y la cogeneración y reclamó “un tratamiento regulatorio justo para la cogeneración con madera, un combustible natural, autóctono y renovable, injustamente penalizado por la regulación en España, y que supone una desventaja frente a competidores de otros países que sí gozan de una retribución justa”.
En Ence quieren seguir adelante con las centrales proyectadas en Canarias, a pesar de que una de ellas, la que tenía previsto construir en el muelle de la Esfinge, en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, recibió un duro informe desfavorable por parte de la Consejería de Sanidad del Gobierno de las islas.
Tras conocerse el informe y la decisión del presidente canario, Fernando Clavijo, de no autorizar la construcción de la planta, Ence emitió una nota de prensa en la que lamentó estos contratiempos y anunció “la tramitación de otra ubicación para el proyecto que cuente con el apoyo de las distintas instituciones y agentes sociales”. También recordaba que “más del 90% de la electricidad en las Islas Canarias se genera con centrales de fuel-oil y diésel” que emiten partículas NOx y SO2 “mucho más elevadas que el resto de las tecnologías de producción eléctrica y, por supuesto, que la generación con biomasa”.