¡Algo más que calor! Dendroenergía para el futuro. Así se tituló el evento especial que dominó las sesiones del pasado 8 de septiembre en el Congreso Forestal Mundial. En la cita se presentó “el potencial que tiene la dendroenergía para el desarrollo sostenible y para una economía más respetuosa con el medio ambiente”. Se incidió en la necesidad de aportar soluciones “para conseguir que la dendroenergía sea más sostenible y eficiente, potenciando de esta forma su contribución a la mejora de los medios de vida, la equidad de género, la seguridad alimentaria, la salud, el acceso a la energía y la gestión sostenible de los bosques”.
La visión planteada en el evento especial se corresponde con el lema del congreso organizado por la República de Sudáfrica y auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): Bosques y gente: invertir en un futuro sostenible. Como ponente principal de dicho evento figuró Paula Caballero, directora general de Prácticas Globales en Medio Ambiente y Recursos Naturales del Banco Mundial. En declaraciones recogidas por EFEVerde, Caballero se ciñó al título del evento para afirmar que “además de servir para cocinar y calentar los hogares, la madera (ya sea en forma de carbón, leña o astillas) también se puede explotar para su uso comercial e industrial, y para la generación de otro tipo de energía”.
La bioenergía para cumplir los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio
La representante del Banco Mundial destacó también que el uso energético de la madera puede contribuir a cumplir con los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio, por su capacidad para luchar contra el cambio climático y asegurar el acceso a una energía “asequible, responsable, sostenible y moderna para todos”. Igualmente, llevó el debate a aspectos económicos y de gestión forestal, al considerar que los biocombustibles deben ser percibidos como otra materia prima y existir un compromiso político para fijar los estándares industriales y recaudar impuestos por dicha actividad. “Modernizar ese mercado puede servir para restaurar tierras degradadas o infrautilizadas, así como para reforzar el control de los sistemas de gestión forestales a nivel local”, concluyó.
La economía de la dendroenergía siguió presente en otras sesiones, como la del miércoles 9: La innovación en energía, en mercados financieros y en inversiones en bosques y tierras, planteada dentro de uno de los subtemas del congreso (Estímulo a los productos innovadores y el comercio sostenible). Aquí se habló de las repercusiones de la disminución de los precios del petróleo en los bosques y la agricultura y de las inversiones en el aprovechamiento de la tierra condicionada por la demanda y oferta de energía. Se incidió también en la participación y repartición de beneficios a nivel local y se pusieron ejemplos del desarrollo de la bioenergía en algunos países.
Innovación y bioeconomía
La innovación, sola o asociada al comercio y la industria más sostenibles, también está ocupando buena parte del debate en Durban. Entre las líneas de trabajo del congreso destaca la seguridad de que el sector forestal se encuentra en una posición única para situarse al frente de una bioeconomía inclusiva y baja en carbono. Entre los nuevos productos y servicios derivados de un “uso de la biotecnología forestal responsable para aumentar la productividad y la resiliencia de los árboles”, se citaron los “aceites y azúcares procedentes de los bosques que se están utilizando como biocombustibles líquidos y productos químicos ecológicos”.