La ingeniera mecánica Tania Goicoechea y el periodista Luis Ini hacen un repaso en las páginas de Energías Renovables a diversas iniciativas que intentan aprovechar, o directamente ya aprovechan de una manera sostenible diversos recursos para producir una energía más limpia. Tanto Una región donde reina la biomasa, el reportaje de Goicoechea, como Un tapiz de renovables va poblando América, de Ini, acumulan ejemplos de utilización de residuos de la industria azucarera, de vertederos y de la industria del mueble para producir energía y de iniciativas legislativas para impulsar tanto la biomasa como los biocarburantes.
Uno de los ejemplos más sobresalientes es el del ingenio de azúcar El Viejo, uno de los más grandes de Costa Rica. El consumo de energía durante los meses de actividad es muy alto, por lo que se decidió usar el bagazo (lo que sobra de la caña después de que se exprimió el jugo) para alimentar las calderas. Al enfrentarse a una inminente inversión en equipo, gracias a su crecimiento, la compañía decidió aumentar la capacidad de la caldera, comprar turbogeneradores y demás dispositivos para producir más energía de la que el ingenio consume y vender la restante al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Po otro lado, en el repaso a las potencialidades e iniciativas legislativas y de impulso a la bioenergía en Centroamérica, se cita a Honduras, que tras las turbulencias políticas, finalmente se ha podido concretar la licitación por 250 MW renovables, que se ha saldado con 53 proyectos de biomasa, eólica e hidroeléctrica. En Nicaragua está en fase de desarrollo una política para impulsar la fabricación y uso de biocarburantes y en Panamá, que sufre el mismo problema que el resto de la región respecto a la dependencia de los combustibles fósiles para el transporte, el Gobierno busca implantar una ley que estimule el uso también de bioetanol y biodiésel.
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Número 99 de Energías Renovables