Con 65.000 toneladas producidas al año (que se incrementará hasta 75.000 toneladas tras las inversiones planteadas) y 7 millones de euros de facturación la empresa gallega es, hoy por hoy, el mayor fabricante de pellets de España. Pellets que utilizan fundamentalmente pino de la zona como materia prima y que tienen en Galicia su principal mercado. Pellets a los que no les falta un sello de calidad con los que pretenden resaltar también el valor económico, energético y ambiental de un combustible renovable y autóctono: ENplus A1, PEFC, SBP y Galicia Calidade. Biomasa Forestal es, de hecho, la primera empresa en conseguir estos dos últimos sellos para pellets.
Durante la presentación de la etiqueta Galicia Calidade, a principios de 2015, Francisco Conde, consejero de Economía e Industria, dijo que se “garantizará la trazabilidad y la calidad de este combustible hecho en Galicia”. De modo que “particulares, empresas e instituciones empleen recursos procedentes del monte gallego, procesados de manera responsable y con la mejor calidad”, añadió.
Galicia y la calidad forman parte del ADN de esta empresa, como apunta Luz Pardo, consejera delegada del Grupo Gestán, propietario de Biomasa Forestal: “con Galicia Calidade estamos garantizando que al menos el 80% de la materia prima es gallega”. Un mensaje que sintoniza a la perfección con el que no deja de repetir la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) cuando habla de pellets: materia prima local para fabricar un combustible local que se consume localmente.
La mano del Grupo Gestán se notó desde que en 2012 adquirió la planta. Dos años después invirtieron 450.000 euros en maquinaria de proceso y en instalaciones de almacenamiento. Y en 2015 la inversión fue superior, hasta los 799.213 euros, para aumentar la producción, optimizar la alimentación de la caldera y ampliar y perfeccionar las instalaciones de almacenamiento final previo a la expedición del producto resultante. Todo ello ha tenido reflejo en el empleo, que en este tiempo ha pasado de cinco trabajadores en plantilla a los 23 actuales.
Con el fin de crecer en cantidad y calidad, Biomasa Forestal afrontó el año pasado una ampliación de capital de 1,7 millones de euros, hasta los 4,8 millones. Aportados por Xesgalicia (Sociedad Gestora de Entidades de Capital Riesgo de la Xunta de Galicia) y García Forestal, abastecedora de la materia prima de la planta. Los actuales porcentajes de cada socio son: Nuevas Tecnologías y Bioenergía, S.L. (sociedad participada mayoritariamente por el Grupo Gestán): 59,61%; Xunta de Galicia (a través del Instituto Enerxético de Galicia, con un 5,36% y Xesgalicia, con un 20,60%): 25,96%; y Grupo García Forestal, S.L.: 14,42%.
De Galicia al mundo
En 2014, Biomasa Forestal destinó a la exportación el 43% de su producción, con Dinamarca, Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido entre los países destacados, hasta donde llega el pellet por vía marítima, con barcos fletados desde el puerto de Ferrol. Un año después ese porcentaje bajó hasta el 34%. Pero la intención de la empresa es revertir esa tendencia y dar un peso creciente al mercado exterior. El objetivo es que las ventas internacionales lleguen al 50%.
Grandes industrias, complejos hospitalarios, establecimientos hosteleros y centros educativos se encuentran entre los principales consumidores de esta producción, dentro y fuera de España. Pero los clientes que pueden cambiar radicalmente el panorama de Biomasa Forestal son las centrales térmicas de carbón para producir electricidad. Cada vez son más las plantas de este tipo en toda Europa que están incrementando el consumo de biomasa como sustituto del carbón, lo que les ayuda a cumplir con las normativas ambientales. El repunte del consumo de pellets a corto plazo se da por hecho y está actuando como un perfecto revulsivo para los planes de internacionalización de la empresa.
Por eso está acometiendo con fondos propios nuevas inversiones que le permitan estar preparada para atender esta demanda y mejorar la eficiencia y la productividad de la planta. En este sentido, prevé dotarse de una instalación de recuperación de calor en el secadero, adquirir una granuladora más eficiente y monitorizar la gestión energética de los equipos. El objetivo de Biomasa Forestal es incrementar su cifra de negocio un 22% hasta los 8,5 millones de euros y alcanzar un ebitda de 917.000 euros, un 19% más.
En esta senda, la empresa dio un salto de gigante el pasado mes de mayo al obtener el sello de calidad SBP que emite la Asociación de Biomasa Sostenible (Sustainable Biomass Partnership) y que está impulsado por siete grandes consumidores de pellet industrial, entre los que se encuentran E.ON, Drax y Dong Energy. Cubre la fabricación de estos biocombustibles sólidos y garantiza la sostenibilidad de los pellets destinados a las grandes centrales de generación eléctrica. Es el primer certificado SBP que se emite en España y permite a Biomasa Forestal entrar en el reducido grupo mundial formado por una veintena de plantas, de ocho países europeos más Estados Unidos, que disponen de este sello. El alcance de este certificado abarca toda la fabricación de pellets, desde el suministro de la materia prima, hasta la producción y su transporte al puerto de Ferrol y otros puertos en Europa. En la actualidad, la capacidad de la planta de As Pontes es de 75.000 toneladas anuales, aunque la producción real ronda las 65.000 toneladas de pellets. Para ello tiene que procesar 140.000 toneladas de materia prima procedente de productos y residuos forestales.
NEPCon, entidad de certificación aprobada por SBP, fue la encargada de emitir el certificado tras una rigurosa evaluación. “Biomasa Forestal debe sentirse orgullosa de ser la primera empresa española en conseguir un certificado como el de SBP”, explica Pilar Gorría, coordinadora de certificación de NEPCon. “A través de este certificado, ha demostrado su compromiso con un suministro de materias primas procedente de fuentes legales y sostenibles para la producción de biomasa forestal”. Luz Pardo une a la sostenibilidad otra de las patas que sostienen la empresa: la calidad. “Desde sus inicios Biomasa Forestal está firmemente comprometida con la calidad al más alto nivel. La calidad es, además de un medio, un fin en sí mismo y una filosofía empresarial para nuestra compañía”, apunta la consejera delegada.
El consumo de pellets en grandes centrales térmicas no está exento de críticas, que llegan, sobre todo, de organizaciones ecologistas y sociales. En febrero de este año un centenar de asociaciones firmaron un manifiesto en el que se dice que “la bioenergía a gran escala debe excluirse de la definición de energía renovable”. La campaña en contra debería ser tomada muy en serio porque acciones similares ya han puesto contra las cuerdas a los biocarburantes de primera generación. Luz Pardo, que además de máxima responsable de Biomasa Forestal es desde abril presidenta de Apropellets, la asociación de las principales productoras de pellets de España, se defiende diciendo que “también el lobby de los combustibles fósiles ejerce presión en la misma dirección, aunque nosotros debemos seguir incidiendo en mejorar la sostenibilidad de nuestros productos y procesos”. La biomasa de origen forestal es un “biocombustible renovable muy abundante en nuestro país e infrautilizado, ya que aprovechamos sólo 16 millones de metros cúbicos de su crecimiento anual (según datos del Inventario Forestal Nacional), lo que supone el 35% de nuestras reservas, cuando la media europea es del 61%”.
Nueva línea de fabricación de astillas
El mes pasado se conocía un nuevo proyecto de Biomasa Forestal que pretende iniciar este mismo año los trabajos para la puesta en marcha de una línea de producción de astillas en la sede de As Pontes. El proyecto se ha presentado a la convocatoria de ayudas del Ministerio de Industria para la reindustrialización de Ferrolterra, Eume y Ortegal, y supondrá una inversión superior a los 870.000 euros. De hecho, ha sido la única iniciativa empresarial respaldada en la propuesta de resolución provisional de la administración central. Si finalmente se ratifica esta ayuda, dispondrá de más de 600.000 euros de créditos con condiciones especiales de financiación para llevar a cabo el plan.
Desde Biomasa Forestal afirman que la nueva línea de astillas es “básicamente, una cuestión de diversificación, que nos permite optimizar procesos, tener las dos líneas de producto y complementar cartera. Además, el stock de astilla también nos permitiría pelletizarlas. Todo de penderá de la demanda de cada momento”. El proyecto encaja a la perfección con la nueva orientación de la empresa, que quiere poner el foco en la exportación. “Desde el puerto de Ferrol estamos mandando pellet SBP a centrales térmicas del centro y norte de Europa. Muchas de esas plantas quieren astillas de alta calidad”.
El nuevo secadero que está previsto implantar en 2017 busca una doble finalidad. Por un lado, secar la corteza que se usa como combustible de caldera; esto es necesario para aumentar, o al menos mantener, la producción en el período invernal cuando la pluviosidad es más elevada. Y por otro, fabricar astilla por debajo del 20% de humedad para uso como biocombustible en grandes calderas industriales existentes actualmente en la comunidad autónoma en hospitales, piscinas, balnearios, industria conservera, etc.
Apropellets, con renovadas energías
Luz Pardo, consejera delegada del Grupo Gestán, propietario de Biomasa Forestal, es desde el pasado mes de abril presidenta de Apropellets, la patronal del pellet en España, que agrupa a los principales productores del sector. Un sector que mira al futuro con optimismo, pero que no se libra de nubarrones en el horizonte. Las 80 plantas de producción de pellets –el doble que en 2014– suman una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas, aunque la fabricación real ronda un tercio de esta cifra, 475.000 toneladas. Un crecimiento desmesurado que ha derivado en una sobrecapacidad manifiesta. A lo que hay que añadir los bajos precios del petróleo, los inviernos cada vez menos fríos y un mercado negro no exento de fraudes en facturación y suplantación de identidades.
Y eso es lo que la nueva directiva de Apropellets quiere atajar. Con el objetivo de “promocionar el péllet como combustible económico y ecológico, defender al colectivo español de fabricantes y luchar contra el intrusismo y las malas prácticas”. Y con la fuerza de contar con 14 socios que suman una producción superior a 230.000 toneladas (prácticamente la mitad del total) y una capacidad nominal de 420.000 (un tercio del total). El colectivo genera más de 5.000 empleos directos, vinculados a los biocombustibles sólidos, lo que muestra la relevancia de este sector para el futuro energético del país. Esos 5.000 empleos, por ejemplo, son más que todos los que genera la minería en España, aunque la biomasa salga menos en los telediarios.
Entre las líneas de actuación previstas para relanzar Apropellets destaca una que ya está funcionando en Biomasa Forestal: mirar al exterior. “Esta claro que, de cara a la exportación están mejor ubicadas unas plantas que otras –explica Luz Pardo– pero el trabajo en común dentro de la asociación puede facilitar que juntemos paquetes importantes que agilicen y rentabilicen la salida de pellets al exterior”.
Otro de los caballos de batalla está en la competencia entre el pellet y los combustibles fósiles. En la pasada feria de Genera, celebrada en Madrid en junio, Benito García Carril, responsable de comunicación de Apropellets, aseguraba que “a pesar de los precios actuales de los combustibles fósiles, los más bajos de los últimos veinte años, sigue siendo rentable y genera ahorro económico, además del ambiental, la sustitución de calderas de gasóleo por pellet. Sabemos que esta bajada de precios es por circunstancias temporales geopolíticas o estratégicas y coyunturales, por lo que es previsible que subirán nuevamente; y el petróleo y el gas son recursos finitos, a diferencia de la biomasa, especialmente aplicando criterios de sostenibilidad”. En Apropellets aseguran que “España ha desarrollado una industria del pellet distribuida por toda la geografía nacional que le permite dar respuesta a la demanda del sector primario, industrias, instituciones públicas y particulares”. En Genera expusieron cifras en las que se ha pasado de fabricar y distribuir 100.000 toneladas en el año 2011 a 500.000 en 2015. “Es precisamente este ajuste de la oferta a la demanda lo que permite que los precios ya no fluctúen apenas, ni siquiera en las épocas de mayor consumo, que es en invierno”, explicó García Carril.
Apropellets persigue “hacer llegar su voz a las instituciones públicas (Europa, España y comunidades autónomas) donde se toman decisiones que afecta a esta industria y a la vez dotar a los asociados de nuevas herramientas que ayuden a impulsar la actividad, tanto en el terreno industrial (procesos productivos, calidad, comercialización de pellet...) como en el social (marketing, comunicación…)”.