La Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) lo tiene claro: “es un primer paso del principio de quien contamina paga y supone una gran oportunidad para la introducción de la tasa de carbono de combustibles fósiles en el futuro. Si se aprueba la propuesta, se incrementará la competitividad de la bioenergía en la UE”. La propuesta de la CE, presentada el pasado 13 de abril, pretende revisar la Directiva 2003/96/EC sobre tasas energéticas para penalizar del uso de los combustibles fósiles.
Desde Avebiom apoyan que la tasa de CO2 se divida en dos partes: una en la tasa de carbono, para la que se propone un mínimo de 20 euros por tonelada de CO2 emitido; y otra en la tasa de consumo energético, que se basa en el contenido energético real y que sería de 9,6 euros por gigajulio (Gj) para combustibles destinados a vehículos y de 0,15 euros/Gj para combustibles para calefacción y ACS.
Invertir en reducir costes laborales y en sustituir energía fósil por renovable
Según reconoce la propia CE, actualmente los biocombustibles están entre las fuentes de energía por las que se pagan más impuestos, por lo que apuestan por que la nueva propuesta "subsanará esta contradicción". En Avebiom exigen que los biocombustibles sólidos (astillas, pellets, etc) para uso térmico estén exentos de ambas tasas. Su presidente, Javier Díaz, afirma que “estamos convencidos de que el objetivo de la revisión del sistema de tasas no es imponer una tasa a los biocombustibles sólidos, aunque se afirme textualmente que todos los combustibles fósiles se van a tasar sin especificar si los biocombustibles sólidos estarán exentos”.
La idea de la Comisión de invertir los fondos obtenidos de la tasa de CO2 en la reducción de los costes de contratación laboral también es vista con buenos ojos por Avebiom, que propone además que “los Estados Miembros utilicen este dinero para invertir en la sustitución de la energía fósil por energía renovable, ya que es la mejor manera de producir empleos verdes y conseguir el cambio de modelo energético que necesita Europa”. Avebiom también confía en que la directiva entre en vigor cuando está previsto, en 2013, aunque la CE reconoce que existirán largos períodos de transición, para la plena adaptación de la fiscalidad del contenido energético, hasta 2023, y dejar así “a la industria el tiempo suficiente para ajustarse a la nueva estructura tributaria".
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