La investigación del Imidra se lleva a cabo en la finca de El Encín, situada en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, con la intención de “comprobar si el aprovechamiento de los restos de cereal y el cultivo específico de plantas leñosas y herbáceas para producir biomasa pueden hacer que una explotación tipo sea autosuficiente en la producción de energía térmica”. Para ello, promueven nuevos cultivos con especies no alimentarias “que redunden en desarrollo rural sostenible al tiempo que sustituyen combustibles fósiles”.
La visita esta semana de los técnicos de Emaya ha servido para que el Imidra ofrezca nuevos datos sobre los cultivos con los que trabaja. En concreto, se trata de tres especies agronómicas (caña común, olmo de Siberia y cardo) y cultivo de cereales-grano para evaluar y valorar los subproductos de estas producciones (paja). El proyecto, que ha comenzado este mismo año y tiene una duración de dos más, cuenta con financiación del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y en él colabora el Departamento de Botánica y Protección Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid.
Desde el Imidra añaden que en el proyecto se estudian los “parámetros climáticos, biológicos y de fertilización idóneos para las plantas destinadas a biomasa; el valor energético del subproducto del cereal y de las plantas; cómo obtener plantas con ciclos de crecimiento cortos, su productividad y la obtención de biocombustible sólido a partir de biomasa”. Finalmente, el estudio evaluará la hipótesis mencionada de autosuficiencia y sostenibilidad de la energía térmica de una explotación agrícola.