Hace algo más de un año Neol Bio presentaba MicroBiOil-1, tecnología por la que se obtienen aceites para uso industrial a partir de glicerina cruda. Los aceites resultantes se pueden usar para convertirlos en biocarburantes avanzados y también como materia prima dentro de la industria oleo-química. La empresa obtuvo la patente con el nombre de Procedimiento mejorado para la producción de biodiésel. Ahora le toca el turno a otra patente (Producción de aceites microbianos) y a Neoleum, el microorganismo que permite convertir residuos agrícolas como paja de trigo o bagazo de caña de azúcar también en aceites para elaborar tanto biocarburantes como otros bioproductos.
Tanto el proceso, como los microorganismos utilizados en el mismo, han sido desarrollados íntegramente por Neol Bio en sus centros de investigación de Granada, y validados en plantas de demostración externas. Javier Velasco, director general de Neol Bio, afirma que “según diversos estudios de mercado, la demanda global de aceites para usos no alimentarios se incrementará en torno a ocho veces en los próximos años, debido al desarrollo de diversas aplicaciones industriales (biodiésel, hidrobiodiésel y productos oleoquímicos)”.
También en la biorrefinería de Puertollano
Para Velasco, “este enorme incremento de la producción no podrá cubrirse con los cultivos vegetales oleaginosos actuales sin afectar a la alimentación humana y animal”. Por último, subraya la satisfacción que reina en Neol Bio “con este nuevo logro, que nos sitúa como una de las compañías que puede aportar soluciones de valor a un importante reto al que se han de enfrentar la sociedad e industria actuales”.
Neol Bio también está presente en una de las iniciativas más importantes asociadas a los biocarburantes avanzados en particular y a la bioeconomía en general. Se trata de su participación en el proyecto Clamber (Castilla-La Mancha Bio Economy Region), cuyo máximo exponente es la construcción de una biorrefinería en Puertollano (Ciudad Real). Dos proyectos de Neol Bio han sido seleccionados en las licitaciones de compra pública dentro de Clamber con el objetivo de obtener productos de alto valor añadido a partir de residuos diversos: aceites ricos en Omega-3 DHA y otros aceites microbianos a partir de diversos residuos agrícolas.