La orden ITC/2877/2008 del entonces Ministerio de Industria, Turismo y Comercio recoge en su artículo 15 que la entidad de certificación de biocarburantes (antes la CNE y ahora la CNMC) publicará un informe anual sobre el uso de estos biocombustibles líquidos. Los informes deben incluir, al menos, datos sobre el cumplimiento de las obligaciones de incorporación de biodiesel y bioetanol en el transporte, propuestas para la mejora del mecanismo de fomento de su uso, previsiones a medio plazo sobre la cobertura de la demanda, estimación de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas (por tipo de biocarburante y de materias primas utilizadas), origen de los biocarburantes y las materias primas y sostenibilidad de los mismos.
Desde la CNMC reconocen que “no damos abasto para elaborar y publicar esos informes” al contestar al por qué desde 2013, fecha en la que la CNE publicó el último referido al uso de biocarburantes en 2011, no han emitido ninguno más. Ante las dudas y la provisionalidad de las cifras que tiene la CNMC en el apartado correspondiente de su página, contestan que nos pongamos en contacto con la Dirección de Energía. Así lo hicimos y aún seguimos esperando contestación.
Radiografía del sector
Para hacer una radiografía lo más aproximada posible del sector no queda más remedio que contar con esos datos provisionales con fecha de octubre de 2015 y cruzarlos con los del último barómetro de EurObserv’ER y con la información que aporta la sección de Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
El primer dato que salta a la vista comparando el informe de 2011 con los datos de 2014 es que se ha frenado en seco la importación de biodiésel. Si en el primer año llegaron desde el exterior 1.354.700 metros cúbicos (m3), principalmente desde Argentina (59%) e Indonesia (36%), en 2014 no se superaron los 150.000 m3. Las medidas antidumping y antisubvención establecidas por la Comisión Europea para el biodiésel argentino e indonesio y, sobre todo, la orden de asignación de cantidades a plantas españolas y europeas han operado a favor de ese frenazo.
Dicha orden fue publicada en 2013 y repartió 3,2 millones de toneladas (unos 3,6 millones de metros cúbicos) entre plantas españolas y del resto de la Unión Europea (UE), cifra de producción que no se alcanzó ni de largo el primer año de la entrada en vigor de la orden de asignación (en 2014 se superó escasamente el millón de metros cúbicos).
Plantas con mucha adjudicación y casi nula producción
Una de las explicaciones reside en que plantas a las que se asignaron mayores cantidades, como la de Infinita Renovables (ahora perteneciente a la multinacional indonesia Musim Mas) en Ferrol (A Coruña), que recibió 300.000 toneladas anuales, no produjo apenas nada, según denuncia la Confederación Intersindical Galega (CIG). Este sindicato denunció a fuel presentó un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a 28 de sus 34 trabajadores y trabajadoras.
El Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España 2014 de APPA hace un análisis del sector de los biocarburantes en el que concluye que “la mejora experimentada por algunos ratios no puede ocultar el deterioro de su tejido industrial en España”. El estudio confirma que “a lo largo de 2014 cerraron definitivamente sus puertas tres de las 38 plantas de biodiésel existentes, que se suman a las quince que cerraron durante el año anterior, al tiempo que el 80% de las que sobreviven estuvieron paradas o funcionado al ralentí”.
Desde APPA Biocarburantes añaden que la orden de asignación no se aplicó realmente hasta bien entrado 2014. Según los datos publicados por la CNMC, a partir de marzo descienden significativamente las importaciones y aumenta la producción local. En el mes de octubre esta llegó a ser un 181% mayor que la del mismo mes de 2013.
En cualquier caso, llama especialmente la atención el significativo descenso del consumo interno de biodiésel. El informe de 2011 lo elevaba a 1,8 millones de m3 y los datos provisionales de 2014 de la CNMC lo sitúa en 800.000. Si la comparación se hace con las toneladas equivalentes de petróleo (tep) consumidas que contabilizan los barómetros de EurObserv’ER, la diferencia, también a menos, es parecida: 1.443.000 teps en 2011 y 798.000 en 2014.
Una de las tasas más bajas
España, que ya sufrió un descenso pronunciado del consumo en 2013, acusó la drástica reducción de los objetivos obligatorios de biocarburantes en el transporte, que sitúa a nuestro país entre los países con las tasas de incorporación más bajas de la UE. El real decreto 4/2013 rebajó notablemente el objetivo general del 6,5 al 4,1%. Los objetivos diferenciados pasaron del 4,1 al 3,9% de bioetanol en gasolinas y, el más acusado, del 7 al 4,1% de biodiésel en diésel.
EurObserv’ER sí confirma la subida del consumo con respecto a 2013, cuando sufrió el mayor descenso. Cita como fuente al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para corroborar que en 2014 el consumo de biocarburantes alcanzó 1,18 millones de toneladas (1,38 millones de metros cúbicos), repartidas entre 903.000 de biodiesel (algo más de un millón de metros cúbicos) y 280.000 de bioetanol (350.000 metros cúbicos).
APPA Biocarburantes ya denunció en su día el acusado recorte del RD 4/2013 y ahora tampoco ve con buenos ojos el nuevo aprobado a finales de 2015, que establece una senda de incorporación que comienza en 2016 con el 4,3% (5% en el borrador del real decreto) y sigue en 2017 con el 5%, en 2018 con el 6%, en 2019 con el 7% y finaliza en 2020 con el 8,5%. De “insulto a la inteligencia” han calificado en APPA Biocarburantes no solo que se haya quedado en un 4,3% el objetivo general, cuando el borrador con el que trabajaban el ministerio y la CNMC proponía el 5%, sino que hayan desaparecido los objetivos individuales en bioetanol y biodiésel.
Pero si la producción, importación y consumo varían, lo que no cambia es el origen y composición de las materias primas destinadas a la fabricación de biodiésel. Sigue dominando el aceite de palma (nutre el 54,37% de la producción del biodiésel y el 98,42% del hidrobiodiésel) seguido del aceite de fritura (16,28%), la soja (15,92%) y las grasas animales (5,61%). Acorde también con el informe de 2011, Indonesia (41%) aparece como el principal país de origen de materias primas (aceite de palma esencialmente), seguido de España (14,3%, con aceites de cocina usados y grasas animales) y Malasia (14%, aceite de palma).
Menos vaivenes
Al contrario que en el caso del biodiésel, el bioetanol ha sufrido menos vaivenes, sobre todo porque el número de plantas es mucho menor y los porcentajes obligatorios de incorporación en gasolinas se han mantenido estables. La producción en 2014 que recoge la CNMC se sitúa en unos 455.000 m3, mientras el informe de 2011 de la CNE la establecía en 464.000.
En cuanto al consumo, EurObserv’ER marcaba 230.000 tep en 2011 y 181.000 en 2014. Los datos de APPA difieren al alza de los provisionales de la CNMC y superarían los de 2011. En su Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España 2014 concreta que la producción de las cuatro plantas existentes en España se incrementó ligeramente (2,8%) con respecto a 2013, hasta situarse en 359.262 toneladas (unos 500.000 m3), con una ratio de operación sobre capacidad instalada (389.703 toneladas) del92%. Aquí sí el aumento de la producción conlleva el del consumo: las 292.955 toneladas de 2014 son un 10,2% más con respecto al año anterior. Según el estudio, esta industria se vio favorecida por “la posibilidad de realizar mezclas directas de bioetanol y gasolinas durante todo el año, una vez que la Comisión Europea autorizó a España a finales de 2013 a aumentar la presión de vapor en periodo estival de dichas mezclas”.
También cae la importación entre 2011 y 2014, concretamente a la mitad, al pasar de unos 200.000 a 100.000 m3. Este dato coloca a España como principal productor (73%) del bioetanol consumido en nuestro país, muy por delante de Brasil (21%). No ocurre lo mismo con la materia prima con la que se fabrica, ya que España aporta solo el 14% de la misma.
Hidrobiodiésel con aceite de palma al 98%
El maíz de Ucrania (25% con respecto al resto de países) y Rumania (17%) y la caña de azúcar de Brasil (21%) lideran este apartado. Según las estadísticas de la CNMC, el maíz, con casi el 72%, se convierte en el principal cultivo que llega a las plantas españolas, seguido de la caña de azúcar (21%) y con aportaciones testimoniales de semillas de trigo, alcohol vínico y remolacha.
En cuanto al hidrobiodiésel, que no suele aparecer diferenciado en las estadísticas de EurObserv’ER, se mantiene como el tercer biocarburante en discordia en las estadísticas provisionales de la CNMC, con una recuperación notable a lo largo de 2014. Los 377.000 m3 alcanzados son fruto de una producción constante y regular que saca una media de unos 30.000 m3 mensuales. Durante 2014 todo este hidrobiodiésel se consumió en España. Como ya se ha dicho, la materia prima empleada es aceite de palma en un 98,42% de la producción, dejando un testimonial 1,58% para la manteca de karité (conocido como árbol de mantequilla y procedente de Ghana). Entre los países de origen dominan claramente Indonesia (56%) y Malasia (41%).
Otro de los aspectos que analiza la estadística de octubre de 2015 de la CNMC es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según la directiva europea de energías renovables y el real decreto español que la traspone, los biocarburantes deben cumplir unos criterios de sostenibilidad que incluyen la reducción en un 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que en 2017 pasará a ser del 50% como mínimo. Los datos del organismo regulador marcan un 73% de reducciones en el caso del bioetanol, un 55% en el del biodiésel y un 44% en el del hidrobiodiésel. Desde que la antigua CNE publicara el primer informe, el referido a 2010, se ha incrementado la reducción, ya que entonces fue del 68% para el bioetanol y del 37% para el biodiésel.
Cuadro 1
Tiro por la culata con la sostenibilidad de los biocarburantes
Por fin, desde el uno de enero de 2016, España obliga a cumplir con la certificación obligatoria de los biocarburantes. Hasta el último barómetro de EurObserv’ER, el que analiza el mercado de 2014, era común ver a España en el farolillo rojo de la sostenibilidad, compartido con Estonia. Ni un litro de biocarburante certificado reportado, ya que un real decreto-ley de 2013 estableció un período de carencia para su entrada en vigor.
Es curioso que, para justificar esta suspensión, la norma explicaba que se buscaba “minimizar precios y asegurar estabilidad al sector sin comprometer el cumplimiento de los objetivos para 2020”. Pues bien, el efecto ha sido justo el contrario. En los últimos años, la Comisión Europea ha rebajado los porcentajes de cobertura del consumo final de energía con renovables remitidos por España a Bruselas porque no cuentan los del transporte, al no estar certificados como sostenibles los biocarburantes.
En concreto, en la última notificación enviada por el Gobierno español, este afirma que las renovables aportaron el 17,1%, pero la CE lo reduce al 15,8%, justo los 1,3 puntos menos correspondientes a los biocarburantes.
Cuadro 2
El bajo precio del petróleo afecta más al biodiésel que al etanol
Las últimas est adísticas que ha publicado la CNMC no solo abarcan 2014, sino los primeros meses de 2015. En ellos se comprueba que la producción de biodiésel sufre una bajada significativa entre diciembre de 2014 y febrero de 2015, cuando en julio de 2014 había llegado a experimentar subidas del 174% con respecto al mismo mes del año anterior.
Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes, explica que “en ese período se produjo una demanda baja de biodiésel como efecto inmediato de la caída del precio del petróleo, que generó incertidumbre en el mercado y se desplomó el precio del gasóleo, pero no así el del biodiésel”. En APPA manejan datos que hablan de una recuperación de la producción hacia septiembre.
Sin embargo, los bajos precios del petróleo no han influido tanto en el mercado del bioetanol debido a que “gran parte se comercializa como el aditivo ETBE (etil-ter-butil-eter), que lo tienen que llevar las gasolinas”, matiza Bustos. En cualquier caso, no peligra el cumplimiento para ambos años (2014 y 2015) de los objetivos de biodiésel y bioetanol en diésel (4,1%) y gasolina (3,9%) ni el general (4,1%).
Cuadro 3
Producto Interior Bruto y empleo
El “Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2014”, informe que publicara el pasado mes de septiembre la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), ofrece datos sobre la contribución de los biocarburantes al Producto Interior Bruto. Dicha aportación fue de 417,7 millones de euros, de los que 309,7 fueron aportación directa y 108 inducida. Se advierte que la contribución se ha incrementado en términos reales un 40,1% en relación con el año anterior, “lo que supone un cambio en la tendencia descendente observada en los tres años previos”. El biodiésel aportó 308,2 millones (incremento del 85,6%) y el bioetanol, 109,5 millones (17,1% inferior).
El mismo estudio analiza igualmente la situación del empleo. El número total de puestos de trabajo (directos e indirectos) se quedó en 4.259, 895 más (+26,6%) que en 2013. De ellos, 2.659 fueron empleos directos y 1.600 indirectos. Los datos confirman una tendencia al alza, pero en APPA recuerdan que se sigue en números un 40% por debajo del nivel máximo alcanzado en 2008 (7.283). El incremento se debe principalmente, como el caso del PIB, a la asignación de cantidades de producción de bodiésel a plantas españolas.
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