La denominada Coalición Holandesa por el Crecimiento Sostenible, que agrupa a ocho multinacionales, entre las que destacan Heineken, Philips, Shell y Unilever, ha impulsado un proyecto piloto para mejorar la sostenibilidad del transporte marítimo. La iniciativa consiste en completar un viaje de ida y vuelta de un buque carguero de grandes dimensiones entre Róterdam y Shanghái con biocarburante en sus depósitos.
En concreto, el biocombustible elegido es biodiésel de segunda generación elaborado con aceites de cocina usados. La mezcla será del veinte por ciento sobre el total del combustible utilizado, está fabricado por Shell y ha sido certificado con el esquema International Sustainability and Carbon Certification (ISCC), uno de los admitidos por la Comisión Europea y con mayor reconocimiento a la hora de certificar la sostenibilidad de los biocarburantes.
Además de la coalición de empresas de los Países Bajos, la mayor compañía de transporte marítimo del mundo, la danesa Maersk, es parte importante de esta iniciativa, ya que uno de sus grandes cargueros será en el que se realice este proyecto piloto. La travesía comenzó a finales del pasado mes y está previsto que se complete en junio.
Paso importante, pero insuficiente, para hacer más sostenible la navegación marítima
Søren Toft, director de Operaciones del grupo A.P. Møller-Mærsk, afirma que “los biocarburantes son una de las soluciones viables que se pueden implementar a corto y medio plazo”, y añade que a través de este programa piloto “nuestro objetivo es aprender más sobre su uso en general y conocer las posibilidades de aumentarlo de una forma sostenible y rentable económicamente".
El presidente de la coalición de empresas, Jan Peter Balkenende, considera que el proyecto “marca un paso importante”, aunque “se necesitan con urgencia muchas más innovaciones que solo se pueden desarrollar, probar e implementar con éxito en colaboraciones entre la industria como esta”.
Tanto en la nota de prensa de Maerks como en la de la coalición dejan claro que “los biocarburantes de segunda generación sostenibles son una de las soluciones posibles para la descarbonización del transporte marítimo”. “A más largo plazo se necesitan avances en el desarrollo técnico y de combustibles (por ejemplo la electricidad) y la inversión en cadenas de suministro comerciales que logren reducciones de emisiones significativas”, apostillan.
Países Bajos, experiencia en el uso de biocombustibles en embarcaciones
Se calcula que el comercio marítimo representa el noventa por ciento de los bienes transportados y conlleva el tres por ciento del total de emisiones de CO2 mundiales, aunque se prevé que estas lleguen hasta el quince por ciento en 2050 si no se controla y afrontan medidas para impedirlo. Maersk reconoce que tiene “una fuerte demanda de envíos sostenibles por parte de sus clientes”.
Países Bajos tiene varios ejemplos recientes de desarrollo de biocarburantes en embarcaciones, por ejemplo con biogás en Ámsterdam y con el patentado por UPM, BioVerno, en un proyecto de restauración del humedal de importancia internacional de Markermeer (lago de Marker). A pesar de todo, multinacionales como la propia Shell siguen siendo muy criticadas por su dependencia del petróleo, lo que recientemente llevó a Amigos de la Tierra a demandarla por su contribución al cambio climático.