Las enzimas que actúan en el intestino de las termitas, responsables de la descomposición de la madera que comen, llamó rápidamente la atención de los científicos en torno a la investigación con biocarburantes. Su utilización en el proceso de fabricación de bioetanol de segunda generación o ligenocelulósico facilitaría la liberación de azúcares, la descomposición de la lignina y la fermentación del etanol. La agencia Europa Press daba ayer a conocer el trabajo en este campo de un equipo formado por investigadores de las universidades de Florida y Purdue (Indiana), ambas en Estados Unidos.
Los resultados, publicados on line en la revista científica PLoS One, son los primeros en medir la producción de azúcar de las enzimas creadas por las propias termitas y por los simbiontes, pequeños protozoos que viven en los intestinos de estos insectos y que ayudan en la digestión del material leñoso. Tras identificar y separar las enzimas, hicieron réplicas de ellas en laboratorio, y, según el equipo de investigación, las pruebas demostraron que eran igualmente eficaces en la liberación de azúcar a partir de la biomasa.
Durante las pruebas, detectaron que las enzimas sintéticas funcionaron en diferentes partes de la biomasa. En concreto, dos de ellas son responsables de la liberación de la glucosa y la pentosa, dos azúcares diferentes; y una tercera descompone la lignina, el compuesto rígido que produce las paredes celulares vegetales.
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www.plosone.org