La medida forma parte de otras englobadas en un programa de apuesta por las energías renovables y la eficiencia energética que pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% en 2020, teniendo como referencia las de 1990. La decisión que afecta a los vehículos se explica en parte debido a que el suministro eléctrico y térmico en los hogares e industrias está cubierto casi al 100% por la energía nuclear y las renovables. De esta manera, el parque automovilístico se queda como principal consumidor de fuentes fósiles.
Camino abierto por el etanol y el biogás
A pesar de las pegas que han puesto Saab y Volvo, ambas están en buena disposición para cumplir con los objetivos del Gobierno. En la actualidad, el 85% de los vehículos puestos en el mercado por Saab son compatibles con el uso de etanol como biocarburante. A ello se une que Suecia es uno de los socios privilegiados de Brasil para la importación de etanol. Por otro lado, Suecia es pionera en la utilización de biogás en el transporte, y dispone de autobuses, coches y hasta trenes que se mueven con este combustible renovable.
Con el objetivo puesto en reducir las emisiones de los vehículos, Suecia también lleva a cabo otras políticas de fomento de un transporte más limpio, como las subvenciones de 1.000 euros para aquellas personas que adquieran coches que emitan menos de 120 gr/km y tasas especiales para los más contaminantes.