En casa, porque la empresa que ha desarrollado el proyecto, General de Cuadros Eléctricos Bioenergy (GCE Bio Energy) tiene su sede en Zamora. Según una información publicada en El Mundo Castilla y León, la elección de Santa María del Páramo no ha sido casual. Vicente Merino, ingeniero agrónomo y parte fundamental de GCE Biotecnología y Proyectos, fue el impulsor de la idea: "su situación estratégica y el apoyo que hemos recibido por parte del Ayuntamiento, la Diputación de León, la Junta y el Gobierno Central nos ha hecho decidirnos por esta localidad".
Tampoco han pasado por alto que en el entorno haya líneas de alta y media tensión, un gaseoducto, agua en grandes cantidades, infraestructuras ferroviarias en uso y tres autovías. Además, la comarca dispone de 80.000 hectáreas regables. Vicente Merino diseñó la construcción y viabilidad de una biorrefinería multifuncional a partir de remolacha alcoholígena y biomasa.
Biocombustibles, piensos, plásticos y resinas
Las biorrefinerías diseñadas por GCE Bioenergy son macro complejos industriales en los que se puede producir todo tipo de biocombustibles (bioetanol, biodiésel, hidrógeno,…), así como productos petroquímicos (sobre todo partiendo del bioetanol), piensos, azúcar y otros productos químicos (farmacéuticos, bioplásticos, bio-abonos, fertilizantes, resinas…).
El Mundo Castilla y León señala que la nueva planta ocupará 35 hectáreas de terreno y la construcción está previsto que comience dentro de un año. La inversión será de unos 150 millones de euros, para lo que GCE Bioenergy cuenta con el apoyo financiero de varias entidades de ahorro de la región interesadas en un proyecto pionero que podría crear 150 puestos de trabajo directos y regenerar el tejido productivo del páramo leonés y de la comarca de los Valles de Benavente.
La planta producirá en un principio 200.000 metros cúbicos de bioetanol y 160.000 toneladas de piensos anuales. Aunque el proyecto de Santa María del Páramo echará andar con la remolacha como materia prima, fuentes de la empresa señalan que “la biorrefinería podría funcionar casi con cualquier cultivo en otras partes del mundo, dado que lo mismo podría producir biocombustibles a partir de caña de azúcar que de cortezas de árbol o rastrojos”.
La idea obtuvo con antelación el visto bueno del Ministerio de Industria y del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) del Ministerio de Ciencias e Innovación para llevar adelante el proyecto.
Más información:
www.gcebioenergy.es