“Los Estados miembros deben seguir de cerca la evolución del mercado en su país, especialmente en 2019, ya que este año se establece la participación máxima de los biocombustibles de aceite de palma antes de iniciar la eliminación gradual en el 2023”. T&E advierte así sobre la necesidad de tomar medidas para que el consumo de biodiésel de aceite de palma no se dispare ni siga el crecimiento apuntado por Oil World.
A partir de 2030 el biodiésel aceite de palma dejará de contar definitivamente como energía renovable en el transporte, salvo contadas excepciones y salvo que, en una revisión prevista para mediados de 2021 (acto delegado de 13 de marzo de 2019), la CE no dé marcha atrás. Mientras tanto, la participación del aceite de palma en la fabricación de biodiésel sigue creciendo sobre el total de otros usos: del 51 al 53 por ciento entre 2017 y 2018 según los datos de Oil World que hoy expone T&E.
Para esta ONG “es preocupante que el aceite de palma usado para el biodiésel creció nuevamente el año pasado (un tres por ciento), al igual que para generar electricidad y calor (un 18 por ciento, principalmente en centrales térmicas en Italia) mientras que se redujo un once por ciento para hacer alimentos. Esto es resultado de la política de biocombustibles defectuosa implementada hace muchos años por la UE”.
España lidera el consumo y producción de biodiésel de aceite de palma
Según T&E, una de las principales razones que ha llevado a la CE a adoptar la progresiva descalificación de este tipo de biodiésel como renovables “es por la deforestación y el drenaje de turberas que provocan las plantaciones de palma. El 45 por ciento de la expansión global ha causado este gran problema”.
Tras la lectura del estudio de Oil World, añaden que “se usaron más de cuatro millones de toneladas de aceite de palma crudo para fabricar biodiésel en 2018. España, Italia y los Países Bajos fueron responsables del 82 por ciento de la producción, siendo el 43 por ciento de España y colocándolo a este como el principal productor de la región”.
Según datos de la estadística de biocarburantes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en 2018 el 55,45 por ciento del biodiésel consumido en España se fabricó con aceite de palma, el 34,49 con soja y el 8,42 con colza. En el caso del hidrobiodiésel, casi todo (98,4 por ciento) procedía de aceite de palma.
4.200 millones de euros en importaciones
En cuanto a la producción de biodiésel, y según Ecologistas en Acción, que forma parte de una campaña junto a 18 organizaciones en la línea de T&E, “el 86 por ciento proviene del aceite de palma”. Para Manuel Bustos, director de la sección de Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), “este porcentaje no es correcto, ya que, de acuerdo con nuestros datos, la cuota de mercado en 2018 fue del 66 por ciento, porcentaje que se elevaría al 71 por ciento si incluyéramos el hidrobiodiésel”.
T&E destaca también en su nota de prensa la dependencia exterior de estas materias primas: “el año pasado, la UE gastó al menos 4.200 millones de euros en importaciones de biodiésel y de materias primas para su fabricación (palma y soja)”. Apostillan que “esto no refleja el costo total de las importaciones, ya que se necesitaría añadir los costes adicionales, como las mezcla, procesamiento y transporte”.
“La única opción renovable serán los biocarburantes”
Bustos echa mano del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, donde se afirma que “el 84 por ciento del parque de vehículos de carretera seguirá funcionando en 2030 con motores de combustión, para los que la única opción renovable serán los biocarburantes. No seguir apostando por ellos tendría como consecuencia inevitable un aumento del consumo de derivados del petróleo, un hecho evidente que parece que olvidan las organizaciones ecologistas que impulsan esta campaña”.
Desde T&E exigen que los Estados miembros de la UE tomen medidas para “terminar con la práctica insostenible de quemar alimentos para el transporte (llamado biocombustibles) y disminuir su objetivo nacional en el cupo de renovables, manteniendo al mismo tiempo la ambición en materia de combustibles avanzados”.