“El nuevo marco comercial, que forma parte de un acuerdo de asociación más amplio entre ambas regiones, consolidará una asociación política y económica estratégica y creará importantes oportunidades de crecimiento sostenible para ambas partes, respetando al mismo tiempo el medio ambiente y preservando los intereses de los consumidores y de los sectores económicos sensibles de la UE”.
Así presentaba el viernes pasado la Comisión Europea el acuerdo comercial alcanzado con Mercosur. Acto seguido, de un lado y del otro del océano Atlántico llovían las críticas de sectores agrícolas e industriales que sentían perder soberanía y derechos. Es el caso de la patronal europea del etanol, ePure.
Para esta asociación, “el acuerdo esencialmente aleja a la industria del etanol de Europa a menos que la UE actúe rápidamente y haga crecer el mercado europeo de este biocarburante para adaptarse a una avalancha de importaciones”. Y aportan el cómo: “asegurando que la estrategia de descarbonización a largo plazo de la UE incluya un impulso más fuerte para los biocombustibles sostenibles, como el etanol”.
450.000 toneladas para usos químicos y 200.000 como biocarburante
En el texto del acuerdo referido al etanol se acuerda que la UE importará 450.000 toneladas libres de impuestos para usos químicos, es decir, para fines distintos al de su utilización en el transporte a partir de productos como disolventes, desinfectantes, bioplásticos o cosméticos.
Además de esta partida anual, el acuerdo permite la entrada desde Mercosur (esencialmente es Brasil, segundo productor mundial de etanol tras Estados Unidos) de 200 000 toneladas para todos los usos, incluido el combustible, con una tasa dentro de un tercio sobre el impuesto NMF (nación más favorecida”. Por último, dichas cantidades “se introducirán gradualmente en seis etapas anuales iguales”.
Como explicábamos en Energías Renovables en 2017, en plenas negociaciones del acuerdo, en un principio la industria de la caña de azúcar brasileña pidió que se establecieran exportaciones por un millón de toneladas anuales, sin especificar destinos. La UE respondió que 600.000 toneladas serían como carburante y 400.000 como uso industrial (los usos químicos).
“Concesiones que sacrifican al sector agrícola e industrial”
A pesar de todo, la industria anda contrariada porque los usos químicos son muy volubles, y entre otros productos puede incluir el etanol como aditivo (ETBE) que aumenta en los motores de explosión el índice de octano, y que también se fabrica con ese fin en la UE.
De hecho, aunque, de partida, las cantidades finalmente acordadas son menores de las que se discutían hace dos años, ePure considera que “se hacen concesiones a los países del Mercosur sobre el etanol que esencialmente sacrifica el sector agrícola de la UE y a la producción doméstica de una fuente de energía renovable, a cambio de ganancias en otros puntos del acuerdo”.
Emmanuel Desplechin, secretario general de ePure, entiende que “ la CE ha pasado varios años tratando de reducir el mercado de un combustible que ayuda a descarbonizar su sector del transporte y reduce los contaminantes de los motores en la flota de vehículos de hoy, y con este acuerdo ofrece lo que queda de ese mercado a los productores brasileños y los agricultores de caña de azúcar".