La Comisión Europea (CE) se retrasó más de una semana en adoptar un acto delegado, marcado en la nueva directiva de energías renovables como muy tarde para decidirse el 1 de febrero, para complementar esta norma y determinar si biocarburantes como el biodiésel procedente del aceite de soja y de palma dejan de computar como renovables al ser considerados de alto impacto ambiental, principalmente por su alto riesgo de cambio indirecto del uso de tierras (CIUT).
La CE reconoce en este documento que el cultivo de palma causa una importante deforestación y que, en general, el biodiesel producido a partir del aceite de este cultivo no puede considerarse para cumplir los objetivos renovables en el transporte a partir de 2030. Sin embargo, incluye una serie de excepciones que podrían catalogarlo de bajo riesgo de CIUT y establecer para el mismo unas condiciones determinadas.
Estas excepciones han llevado a los grupos ecologistas e incluso a la patronal europea del etanol (ePure) a criticar la decisión. De entrada, el acto delegado salva a la soja de la catalogación de alto riesgo de CIUT y, en cuanto al aceite de palma, exime a aquellas producciones que, entre otros condicionantes, procedan de pequeñas explotaciones o de cultivos en tierras marginales. Transport & Environment define estas excepciones como lagunas que “podrían significar que Europa seguirá usando la misma cantidad de aceite de palma en el diésel que hoy en día”.
“Pequeñas plantaciones asociadas a grandes corporaciones”
Para T&E ”el tamaño de una plantación no tiene relación con el riesgo de deforestación o los cambios en el uso de la tierra; además, el modelo de pequeños lotes de tierra cultivada por trabajadores que venden a un único gran molino controlado por corporaciones es el que siguen los gigantes del sector, como el grupo Felda/FGV de Malasia, que produce más de la mitad del aceite de palma de esa manera”.
En cuanto a las tierras marginadas o no utilizadas, T&E considera “pueden ser utilizadas actualmente por las comunidades locales como medio de subsistencia o proporcionar servicios importantes del ecosistema”. “En general, el acto delegado de la CE no proporciona criterios suficientemente sólidos ni un sistema adecuado de supervisión y cumplimiento”, concluyen.
Desde España, Ecologistas en Acción, en la línea de T&E, recuerda también que un siete por ciento de la expansión mundial de la soja, “indultada” como un cultivo con alto riesgo de CIUT, “estuvo directamente relacionada con la deforestación durante el período 2012-2015”. Los datos proceden de uno de los muchos estudios que se han presentado en los últimos meses de cara a la resolución de la CE.
La industria del etanol arremete contra la decisión
EPure, la patronal europea del etanol, también muy beligerante contra el biodiésel de aceite de palma, ha mostrado su rechazo al acto delegado. Afirman que se le deja la puerta abierta a pesar de que, según su secretario general, Emmanuel Desplechin, “el compromiso alcanzado con éxito en la nueva directiva no pudo ser más claro en su mensaje de que Europa deberá eliminar gradualmente los biocombustibles asociados con una deforestación significativa y el drenaje de turberas que ha definido la mayor expansión del aceite de palma".
En dicha directiva se acordó eliminar progresivamente la consideración de renovables a los biocarburantes de alto riesgo de ILUC para 2030 a partir de 2023. Hasta esta última fecha su consumo no puede crecer por encima de los niveles que tuviera en 2019 en cada Estado miembro, para a partir de aquí ir disminuyendo hasta alcanzar el cero por ciento en 2030, como muy tarde.
Pero la decisión definitiva no está tomada porque a partir de este acto delegado la CE ha abierto una consulta popular durante un mes de cara a adoptar un documento final. A partir de aquí, según T&E “los Estados miembros y el Parlamento de la UE tendrán dos meses para aprobar o vetar el acto delegado, pero no tienen poder para enmendarlo”.