Junto a la planta de demostración de Abengoa en Babilafuente (Salamanca), la de Choren Industries en Freiberg (Alemania) se había convertido en la instalación de referencia en procesos y tecnologías para convertir biomasa lignocelulósica en biocarburantes. En abril de 2008, la canciller alemana, Angela Merkel, inauguró el complejo donde opera la planta piloto y se desarrolla otra industrial. Hace unos días, las instalaciones quedaban intervenidas al detectarse riesgos en su financiación.
La información, difundida por la propia empresa y la agencia Reuters, hace referencia a la apertura de un procedimiento de insolvencia que afecta a Choren Industries y a sus dos filiales alemanas, Choren Fuel Freiberg y Choren Components, pero no a sus marcas en Estados Unidos y China. La firma de abogados Klüber se ha hecho cargo de la administración temporal de las empresas con la intención de reestructurar el grupo Choren a través de un plan de insolvencia o su venta a nuevos inversores y el objetivo de mantener el mayor número de empleos posibles.
Durante tres meses, los 290 empleados de las tres empresas del grupo tienen garantizado el cobro de sus nóminas a través de un fondo que cubre los procesos de insolvencia. Los interventores sostienen que aparecerán nuevos inversores y se revertirá una situación provocada por las dificultades de financiación. Este optimismo lo basan precisamente en las innovaciones tecnológicas derivadas de esta instalación, que transforman la biomasa en biocarburante a través de un proceso de gasificación, y en los acuerdos alcanzados con otras firmas, como Gasification Holding, Acorma Corporation, Daimler y Volkswagen.
Choren sufre, pero Süd-Chemie y Dupont mantienen su apuesta por la segunda generación
El revés de Choren no ha paralizado el resto de iniciativas en torno a los biocarburantes de segunda generación, ni siquiera las proyectadas en Alemania. Dos multinacionales químicas como Süd-Chemie y Dupont anunciaron recientemente sus pasos comerciales en este sentido. La primera, con sede en Munich, va a construir una planta que costará 28 millones de euros, y recibirá una subvención de unos cinco millones del Gobierno de Baviera y del Ministerio Federal de Educación e Investigación.
Por su parte, DuPont Danisco Cellulosic Ethanol anunció que espera que en 2013 esté concluida la biorrefinería de Nevada (Estados Unidos), que entre otros productos generará bicarburantes de segunda generación a partir de los residuos de cosechas de maíz. Fuentes de la multinacional afirman que trabajan con agricultores locales para firmar acuerdos de recogida de esos desechos, ya que la planta necesitará cerca de 300.000 toneladas de ellos al año. En la actualidad, Dupont Danisco trabaja también con una planta de demostración en otro estado, Tennessee.
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