Expertos de cuatro países europeos investigan la manera de convertir la glicerina generada como subproducto en la producción del biodiésel en metanol, para reutilizarla en este proceso. El proyecto, denominado Supermethanol, está impulsado y financiado por la Unión Europea y desarrollado por un consorcio de empresas, universidades y centros de investigación, entre las que se encuentra Acciona como única compañía española. La iniciativa forma parte del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico, principal instrumento de la UE para financiar la investigación en Europa durante el periodo comprendido entre 2007 a 2013.
El mercado farmacéutico no puede asumir toda la glicerina
En la producción de 100 kg. de biodiésel son necesarios 100 kg. de aceite vegetal y 10 kg. de metanol. Este proceso genera como subproducto 10 kg. de glicerina cruda. Actualmente, este desecho se somete a una destilación fraccionada para obtener glicerina farmacéutica. Sin embargo, ni el mercado farmacéutico ni el agroalimentario pueden absorber en España las toneladas de glicerina derivada de una creciente producción de biodiésel. Este excedente ha sobresaturado estos mercados, devaluando la glicerina hasta mínimos históricos. Por este motivo, en la actualidad, un alto porcentaje se convierte en residuo, que irá en aumento de no encontrar otra salida. El proyecto Supermethanol tiene como objetivo el desarrollo de una solución económicamente viable para convertir la glicerina cruda en metanol que pueda ser reutilizado en la producción de biodiésel. Así se evitaría que el excedente de glicerina se convierta en un residuo que puede acarrear graves consecuencias, al tener una alta concentración en sales y un gran poder corrosivo. Las pruebas de toxicidad lo han catalogado como residuo peligroso, por lo que en la actualidad sólo puede ser enterrado en vertederos específicos.
El consorcio que trabaja en esta investigación para la reutilización de la glicerina está compuesto por Acciona (España), BTG Biomasa Technology Group (Holanda), Instituto Boreskov de Catálisis (Rusia), Universidad de Groningen (Holanda), Universidad de Maribor (Eslovenia), Uhde High Pressure Technology GmbH (Alemania) y Sparqle International BV (Holanda). El proyecto tiene una duración de cuatro años, comenzó el uno de enero del 2008 y concluirá el 31 de diciembre del 2011.