La construcción de la planta de Westbury comenzó en octubre de 2007 y finalizará este otoño. La siguiente fase conllevará la instalación de la gasificación y equipamiento de acondicionamiento de gas, a la que seguirá la construcción de las instalaciones para la catálisis, donde el gas sintético (singas) se transformará en etanol de celulosa.
Esta no será la única investigación aplicada al desarrollo de nuevos biocombustibles dentro de Enerkem, ya que la planta será la primera de una serie de proyectos industriales que se anunciarán en los próximos meses y que pretenden utilizar como materia prima residuos sólidos municipales. Al contrario de lo que sucede con el etanol tradicional, que se produce por medio de cereales o plantas que forman parte de la cadena alimenticia, el etanol de celulosa se crea a partir de materiales que disponen de biomasa lignocelulósica, como los residuos de madera y otros residuos sólidos urbanos.
"Al contrario que el resto de tecnologías de gasificación, que se limitan a utilizar el gas para la producción de calor y electricidad, el gas sintético de Enerkem está preparado para su uso como alimentador químico en la fabricación del etanol de celulosa y otros biocombustibles", indicó Vincent Chornet, director general y consejero delegado de Enerkem.
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