La participación es una de las principales claves, y una de las particularidades a su vez, de las comunidades energéticas. Para hacer que la ciudadanía sea parte del proceso, y se sienta un actor relevante del mismo, la cooperativa Goiener, en su ´Guía para la creación de comunidades energéticas renovables con mirada participativa`, recoge los factores participativos más importantes a tener en cuenta en la creación de una comunidad de energías renovables. Participación que en ocasiones se ve limitada, en un principio, por la ubicación de la vivienda, porque el 71,8 % de las viviendas familiares pertenecen a una comunidad de propietarios. Un dato que se relaciona directamente con que el 43 % de los encuestados por la cooperativa Som Energia respondan que vivir en un bloque de pisos es la razón por la que no han apostado por la instalación de paneles solares para autoconsumo. Con el propósito de mostrar que vivir en un bloque de pisos no puede ser una barrera para formar parte de una comunidad energética, la guía ´Autoconsumo fotovoltaico para comunidades de propietarios` de Som Energía, explica, entre otros, algunos aspectos clave de la Ley de propiedad horizontal para poner en marcha una comunidad energética. Por ejemplo, explica cómo instalar un autoconsumo en zonas comunes o garaje, y autoconsumo en pisos y locales. Siguiendo este punto, la ´Guía de Autoconsumo Solar Residencial` de Greenpeace ilustra de una manera muy visual y clara cómo sumarse al autoconsumo colectivo, y a una comunidad energética, desde un bloque de pisos o unifamiliar, o con una vivienda en propiedad o en alquiler. En todos esos posibles casos, ser parte de una comunidad energética es posible.
Si por el contrario, la vivienda se encuentra en una zona rural, Red Eléctrica cuenta con el ´Manual para una Comunidad Energética rural`, que contiene la información necesaria para diseñar y poner en marcha este tipo de iniciativas, como formas jurídicas, financiación y normas de funcionamiento. "El medio rural es clave en una transición energética que pasa obligatoriamente por las energías renovables y por un mayor protagonismo ciudadano. Las comunidades energéticas son el marco apropiado para ello. Gracias a ellas, los habitantes de nuestros pueblos se sitúan en el centro de un mercado energético más democrático, sostenible e inclusivo; se convierten en actores en el acceso a la energía renovable; y construyen un ecosistema colaborativo entre territorios e iniciativas capaces de transformar e impactar positivamente desde lo local a lo global", explica Beatriz Corredor, presidenta del Grupo Red Eléctrica. El manual visibiliza también diversas iniciativas existentes, en el momento de publicación del documento, a lo largo y ancho del territorio español. Iniciativas muchas de ellas vinculadas a modos de vida y costumbres tradicionales en el uso del agua, de la biomasa, del sol y del viento.
La financiación
Otro de los pilares que dan soporte a una comunidad energética es la financiación. Por ello, el Gobierno de Aragón cuenta con la ´Guía sobre autoconsumo y comunidades energéticas` que define, explica y ejemplifica los diferentes métodos para financiar este proceso. !Se necesitará financiación, en diferentes cantidades y formas, desde la etapa de planificación previa hasta las fases de desarrollo, inversión, operación y mantenimiento!, resalta el documento. Una buena opción, especialmente en las primeras etapas, es solicitar una subvención, a la que se añade la financiación colectiva como el crowfunding, el préstamo bancario, la financiación de terceras partes, el leasing, los fondos cooperativos o el apoyo municipal.
Una de las dudas frecuentes a la hora de comenzar a idear y plantear una comunidad energética, es elegir la figura jurídica que mejor se adapte a las necesidades. Pues bien, en este sentido, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) publicó en 2019 su ´Guía para el Desarrollo de Instrumentos de Fomento de Comunidades Energéticas Locales`. A pesar de que han pasado cuatro años desde su publicación, y las comunidades energéticas han ido evolucionando, este documento puede resultar útil en términos principales y básicos de documentación y conocimiento inicial. Por ejemplo, contiene los pasos a seguir para la constitución de comunidades energéticas locales, así como la financiación de proyectos piloto. Asimismo, para conocer las distintas figuras jurídicas existentes en la normativa nacional (cooperativa, asociación sin ánimo de lucro, comunidad de vecinos, comunidad de bienes, comunidad de propietarios, agrupaciones de interés económico, etc.) que mejor se adaptan al funcionamiento de una comunidad energética según las definiciones recogidas en las directivas europeas, la Agencia Andaluza de la Energía ha elaborado la ´Guía jurídica para el desarrollo de comunidades energéticas en zonas vulnerables`.
La administración local puede, y es en muchas de las comunidades energéticas que existen en la actualidad, el promotor y el que arranca el proceso de creación. En este caso, la Federación Española de Municipios y Provincias, la Oficina Española del Cambio Climático y la Red Española de Ciudades por el Clima, han creado la guía ´Recomendaciones para poner en marcha una comunidad energética local` con el objetivo de exponer las tendencias en España en relación con la formación de comunidades energéticas locales con participación de la administración local. Además, se identifican las principales barreras que pueden surgir durante su proceso de creación y se proponen vías para superarlas, ilustrando con ejemplos de casos de éxito de comunidades reales. En este sentido, Sapiens Energia, una de las cooperativas con mayor experiencia en este panorama, cuenta con la guía ´Models de Comunitats Energètiques`, que pretende facilitar a los promotores de comunidades energéticas un marco claro para la implementación de esta nueva solución. "Concretamente, para que el personal técnico de los ayuntamientos pueda gestionar con la mayor fluidez y claridad posible la implementación de este innovador modelo en su municipio", añaden. Es decir, una herramienta de trabajo para impulsar la transición energética en el ámbito local, generando las bases necesarias para un sistema energético donde la ciudadanía juego un papel activo.
El autoconsumo va intrínsecamente ligado a una comunidad energética. Es por ello que desde Amigos de la Tierra han elaborado una guía ´Energía Comunitaria. El potencial de las Comunidades Energéticas en el Estado español` con ejemplos que corresponden al autoconsumo renovable de energía eléctrica (quedando fuera la producción de energía térmica), compuestas por actores del sector residencial y del sector terciario público y/o privado. "En lo que respecta a las tecnologías de autogeneración de electricidad, la energía solar fotovoltaica asume un rol destacado, sobre todo en un contexto urbano", añaden los ecologistas.
La energía comunitaria
A nivel europeo, la demanda de comunidades energéticas también es notable. Energy Cities y REScoop.eu han elaborado un nuevo documento ´Energía comunitaria: una guía práctica para recuperar la energía`, que pretende ayudar a poner en marcha actividades de comunicación y participación para el desarrollo de proyectos locales de energía comunitaria. Propone métodos para apoyar a las personas que trabajan en la comunicación para aumentar la conciencia sobre el tema de la energía comunitaria. Para ello, cuenta con numerosos ejemplos de ciudades y cooperativas que han construido con éxito una revolución de energía renovable local liderada por la comunidad.
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