"La participación de la ciudadanía en el ámbito energético es el principal motor de las comunidades energéticas y es el Estado quien debe facilitar y dar un grado mucho mayor de empoderamiento energético a la ciudadanía". Así comienza Collaboration Lab: Comunidades Energéticas, informe que acaba de publicar la Fundación Renovables y en el que se recogen las claves de lo sucedido en el evento homónimo, que organizó hace unas semanas la propia FR, en colaboración con Energy Cities y con la ayuda de la European Climate Foundation. "El objetivo del Collaboration Lab -explican desde la Fundación- fue promocionar, guiar y alinear los proyectos de comunidades energéticas que están surgiendo en diferentes localidades, además de crear una plataforma de diálogo para informar sobre cualquier obstáculo vinculado a la implementación de las estrategias y de los proyectos de comunidades energéticas". Energías Renovables recoge a continuación cinco de las iniciativas presentadas durante este foro de diálogo, en el que han participado, entre otros, expertos como Javier García Breva, Juan Castro-Gil Amigo, Santiago Ochoa de Eribe (director de la cooperativa Goiener) o María Colom, directora de política energética y proyectos de la Unión Española Fotovoltaica.
Proyecto 1: Gares Energía. Describen el proyecto Oihan Mendo Goñi y Txetxu Ezkurra Loyola (Gares Energía)
El proyecto está situado en la localidad de Puente de la Reina-Gares, una localidad a 20 kilómetros de Pamplona y con una población de menos de 3.000 habitantes. Hace unos 6 años se comienza a idear y a trabajar en el proyecto porque la transición energética en esta zona se está convirtiendo en una disputa entre dos modelos de sistema eléctrico: el centralizado, y el distribuido.
El pueblo se encuentra en el valle de Valdizarbe, en el que habitan alrededor de 8.000 personas y donde en los últimos dos años han empezado a proliferar varios macroproyectos. Actualmente cuentan con tres parques eólicos, a los que hay que sumar otros tres nuevos, y 5-6 parques fotovoltaicos (150 megavatios en 280 hectáreas) que se situarán en campos de producción agrícola con actividad. Estos últimos son fundamentales para no provocar la despoblación de los municipios del valle ya que son fuente de actividad económica, lo que está desencadenado una alarma social y un impulso del interés vecinal hacia la generación distribuida.
El proyecto Gares Energía comienza en 2014 cuando el ayuntamiento como impulsor, encarga un estudio socioeconómico para analizar los potenciales recursos energéticos y las amenazas presentes en la localidad.
El ayuntamiento realiza una planificación energética con objetivos en el corto, medio y largo plazo, con el fin de conseguir la autosuficiencia energética del municipio. Para ello define metas intermedias: instalar autoconsumo en una escuela infantil, realizar un estudio de la potencialidad de irradiación solar en todos los tejados del municipio y apostar por nuevas formas de movilidad sostenible, como es la bicicleta eléctrica.
Como proyecto tractor ser crea Gares Energía con el fin de activar la participación de los vecinos en la transición energética. El proyecto se basa en combinar dos fuentes de generación: por un lado, el aprovechamiento de una minicentral hidroeléctrica (cincuenta kilovatios de potencia, 50 kW), que tiene un uso compartido con los agricultores locales, y complementada con la fotovoltaica de los tejados. En sus objetivos a medio-largo plazo, el proyecto prevé abastecer el 45% de la demanda energética municipal.
Asimismo, disponen de un autoconsumo colectivo, el primero legalizado (tras nueve meses) en la zona norte de la península por la distribuidora Iberdrola. Está instalado en la cubierta del frontón municipal y ya en funcionamiento, La Ley Foral de Cooperativas de Navarra no permite la participación de entidades públicas en las cooperativas, por eso el ayuntamiento cede la cubierta, aunque no forma parte de la propia iniciativa. Además, la comunidad energética abastecerá un piso de emergencia social, con familias vulnerables, propiedad del ayuntamiento.
En 2019 inician un proceso participativo para constituir un grupo motor de energía. A través de un proceso dinámico e innovador, con diferentes fases, con tomas de decisiones e identificación de agentes y una explicación general del proyecto a los vecinos, se constituyó un grupo de personas de diferentes perfiles, edades y sensibilidades.
Se está valorando la cesión de cubiertas, es decir, de espacios públicos para la creación de la nueva comunidad energética. Por supuesto, también es necesario disponer de apoyo técnico, ya que la ciudadanía participa de forma voluntaria y sus conocimientos son reducidos. En este caso cuentan con el apoyo técnico de Artelan, el despacho jurídico Arankoa,
Kisar y Som Energía. El proyecto se encuentra en la fase de definir cómo va a ser la Comunidad Energética y qué pasos hay que dar para empezar a desarrollar todos los aspectos que la componen.
Proyecto 2: Diputación de Girona-Impulso de Comunidades Locales de Energía. Describe la iniciativa Anna Camp (Diputación de Girona)
El proyecto se basa en el desarrollo de varias comunidades energéticas en varios municipios de la provincia de Girona y con el apoyo de la Diputación provincial. El proyecto de comunidades energéticas empezó gracias al Pacto de los Alcaldes (en el que actualmente hay 208 municipios gerundenses adheridos), por el que dan asistencia técnica gratuita a proyectos de energías renovables, especialmente a través del impulso de comunidades energéticas. Tienen 69 municipios interesados en impulsar proyectos relacionados y disponen de cuatro comunidades energéticas piloto y en estado activo. También tienen 10 comunidades energéticas planificadas y el resto están en fase de redacción del proyecto.
Cuando un municipio les pide asistencia técnica, la Diputación de Girona subcontrata a una empresa técnica para que definan el modelo de comunidad más idóneo, según las características del municipio. Así, proceden a analizar las cubiertas de los edificios públicos, la movilidad eléctrica, y la que podrá proyectarse a futuro, así como el consumo de energía total y, con los servicios sociales, las viviendas en situación de vulnerabilidad. Solo se utilizan los edificios municipales porque es el ayuntamiento de cada localidad el que está interesado en llevar a cabo la comunidad energética y el que la impulsa. Posteriormente, el proyecto lo dividen en varias fases (cada fase se dimensiona con unos 55.000 euros de presupuesto).
En la mayoría de los municipios la iniciativa primaria es política, es decir, es el alcalde o los concejales los que quiere impulsar estas comunidades energéticas. Solamente hay un caso en el que son los vecinos quienes inician el proceso y es en el municipio de Olot. Lo iniciaron a través de una asociación de vecinos del barrio de Montolivet para hacer una instalación fotovoltaica en el tejado de una escuela municipal y convertirlo en una comunidad energética.
Trabajan dos modelos: concesión del tejado por parte de los ayuntamientos, que solo se puede hacer si existe una figura de cooperativa o asociación que tenga como objetivo promover la transición energética en el municipio (Olot). O el modelo más frecuente: la propiedad de la instalación y del edificio suele ser del ayuntamiento (polideportivos, escuelas, centros cívicos). El vecino puede optar a medio kilovatio pico o un kilovatio (decisión política, porque se quería que participase la mayor cantidad posible de viviendas). En el caso del municipio de Rupiá, por cada kilovatio, cada vecino paga 108 euros; por cada medio kilovatio, 57,30.
Entre las barreras a las que se enfrentan las iniciativas de este tipo está la falta cultura energética. Tampoco hay un marco normativo a nivel estatal, pero a nivel municipal -explican desde la Fundación-, esto les permite ser creativos y les ayuda tener secretarios e interventores al inicio del proyecto. Ha sido fundamental la ayuda de los servicios jurídicos.
Proyecto 3: HybrEx. Reolum. Manuel Crespo (Reolum)
Es una empresa promotora de proyectos de energía renovable. En Extremadura, en la comarca de Montánchez, están haciendo un proyecto mezclando pequeñas instalaciones con grandes. Hay cuatro parques eólicos (110 MW) y cuatro plantas fotovoltaicas (120 MW), junto con instalaciones de almacenamiento (12,5 MW y 50 MWh de capacidad). Así, se optimizan las infraestructuras que se crean alrededor de las instalaciones.
La idea es trasladar e involucrar a la población de los municipios cercanos en la transición energética y que puedan recibir también beneficios económicos. Se creará una comunidad energética con un autoconsumo local para que se pueda abaratar la factura de la electricidad de los vecinos que quieran participar en un 30%, además de instalaciones almacenamiento con hibridación de energía solar. Quieren confirmar ese descuento garantizado firmándolo ante notario para darle seguridad a los vecinos.
El proyecto se basa en promover y financiar instalaciones de autoconsumo que estarán gestionados como comunidades energéticas. Reolum diseña, construye y legaliza las instalaciones y las ceden para que las gestionen los vecinos. La participación es voluntaria. La innovación social se traduce en una rebaja del 30% en la factura durante 20 años, lo que supone 7,8 M€ de reducción en el recibo de la luz. De esta reducción es beneficiarán las pymes, los hogares, los comercios y todos los que quiera unirse de los municipios afectados.
Proyecto 4: LaPabloRenovable. Enrique Martín
Iniciativa emprendida en la localidad de Rivas Vaciamadrid en junio de 2021 con un grupo mínimo de ciudadanía interesada de la urbanización Pablo Iglesias. El grupo está organizando reuniones vecinales y organizándose en equipos de trabajo. Como primeros pasos han creado un documento online con resumen del proyecto e informaciones relacionadas (objetivos, fases, posibles instalaciones fotovoltaicas, fuentes formativas sobre energía...) accesible para todo el vecindario, un formulario para que los vecinos de la urbanización interesados se inscriban (120 viviendas a fecha de diciembre 2021), y desarrollado herramientas de comunicación (grupos WhatsApp, canal de Telegram y cuentas en redes sociales).
Las fases del proyecto son:
• Constitución del colectivo vecinal, definiciones de la propuesta de posibles instalaciones fotovoltaicas, puesta en contacto con empresas instaladoras, análisis de sus ofertas y realización de acciones de formación sobre temas energéticos (ahorro, eficiencia, renovables...).
• Campaña informativa a todo el vecindario de la propuesta, con el objetivo de llegar al máximo posible de las casi 1.000 viviendas que componen la urbanización Pablo Iglesias (enero-febrero 2022).
• Reuniones de las 10 juntas de las comunidades de propietarios que componen la urbanización para decidir realizar hasta 94 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo colectivo con compensación de excedentes (una para cada bloque de viviendas), firma de los contratos de ejecución, solicitud de las bonificaciones en los impuestos del IBI e ICIO y de las ayudas al
autoconsumo residencial con fondos europeos (febrero-junio 2022).
• Participación en el desarrollo de la comunidad energética de RivasVaciamadrid, colaborando con el Ayuntamiento que ya está estudiando su puesta en marcha, buscando el apoyo de la financiación europea (Fondos Next Generation), así como la participación del máximo posible de agentes del municipio (ciudadanía, económicos y administraciones).
Proyecto 5: Eco-Unión (ponencia de Kristian Petrick, Eco-Unión)
Están desarrollando un proyecto de implementación de la primera comunidad de energías renovables en Sitges (Barcelona), trabajando con el ayuntamiento de forma conjunta en forma de cooperativa. La empresa Azimut360 se encarga de la parte técnica y la gestión de la cooperativa.
Quieren formar una cooperativa, buscar socios y ser parte de ellos, realizando proyectos de autoconsumo colectivo, el primero en una escuela con una potencia de 100 kW en tejado. Es un proyecto de autoconsumo colectivo con vecinos dentro de un radio de 500 metros.
Para la instalación de autoconsumo colectivo, han realizado:
• Un estudio de viabilidad para socios, el ayuntamiento y la cooperativa, para el que se ha estimado algo más de 100.000 € de inversión. Primero, se hizo un estudio de viabilidad para los socios, con una participación con 300 W (equivalente a una placa). Se necesitarían 300 socios y el resto para la escuela, ayuntamiento u otros socios adheridos a posteriori.
• Cuenta con un retorno de la inversión de menos de 3 años.
• También se realizó el estudio de viabilidad para el ayuntamiento. Las tarifas de luz para el ayuntamiento son más bajas, por lo que tardaría más en amortizar la inversión (unos 11 años aproximadamente).
• Se realizó el estudio de viabilidad económica para la cooperativa en sí misma. Realizando el balance entre los ingresos de los socios y los gastos, el resultado fue de unos 10.000 €.
La cooperativa en sí no puede ahorrar dinero, pero sí tiene gastos de mantenimiento y asesoría. Los socios hacen una aportación inicial de 100 € y anualmente pagan una cuota de 25 €, aproximadamente, para tener algunos ingresos fijos. Hay que convencer a los socios de que pueden ahorrar dinero en su factura año tras año. Por lo tanto, se prevén varios beneficios socioeconómicos al haber una reducción de las facturas energéticas, se genera trabajo local y cercano, se fomenta una mayor cohesión social por un proyecto en común y una mayor concienciación de alumnos, familias y ciudadanos.
En Collaboration Lab: Comunidades Energéticas han participado además una docena de expertos de primer nivel, como Javier García Breva, Juan Castro-Gil Amigo, María Colom (UNEF), Enrique Martín (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético), Fernando Martínez (Contigo Energía), Manel Sastre (Som Energia), Santiago Ochoa (Goiener), Mariola Guarinos (Avaesen), Sara Pizzinato (Greenpeace), Kristian Petrick (Eco-Unión) y Cristina Alonso (Amigos de la Tierra). El informe Collaboration Lab: Comunidades Energéticas (37 páginas) recoge un extracto de cada una de sus ponencias.