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"De pequeño ayudaba a mi madre a escribir cartas a dictaduras pidiendo la liberación de gente encarcelada...". Así comienza Piet Holtrop el artículo -Estar, ser o tener sentido de comunidad- que hemos incluido en nuestra edición ER de papel y que hoy abrimos a todos nuestros lectores. Una pieza en la que Holtrop aborda dos iniciativas muy singulares, la Comunidad de Energías Renovables de la Comarca de Calatayud (Cerca) y Equanimity Energy, proyecto cuyo objetivo es construir dos fotolineras de alrededor de 3 MWp de generación fotovoltaica y entre 16 y 20 puntos de carga de 350 kW para cargar vehículos eléctricos, también pesados. [Pie de foto, a pie de página].
Estar, ser o tener sentido de comunidad

De pequeño ayudaba a mi madre a escribir cartas a dictaduras pidiendo la liberación de gente encarcelada. Utilizábamos modelos y listados de destinatarios de Amnistía Internacional, tenías que darle un toque personal y nunca perder las formas. Años después me enteré de que los regímenes generalmente guardaban estas cartas, y les molestaba que apelaran a su sentido de comunidad. Luego empecé a estudiar derecho internacional y europeo. Técnicamente todavía se llama derecho de las Comunidades Europeas. Años más tarde estas Comunidades Europeas se convirtieron en la Unión Europea, y hace ya tiempo también esta Unión empezó a introducir varios conceptos de Comunidades Energéticas en al plano europeo. Conceptualmente estas comunidades ya han existido con diferentes formas en diferentes Estados Miembros. Entre escribir cartas a dictadores y empezar a estudiar el derecho de las Comunidades Europeas pasaron mis años teenager en los ochenta del siglo pasado. En este periodo se instauró una cultura empresarial en la que todo valía para subir el valor de las acciones de las empresas, subordinando todo lo demás a ese objetivo. Por supuesto muchas empresas resistieron esta evolución, sobre todo aquellas más arraigadas en un entorno social o familiar, generalmente pymes, y también nacieron empresas expresamente contrarias a ello, con propósito de actividad, poniendo el rendimiento financiero en segundo lugar.

Ahora bien, hoy en día también hay ejemplos de empresas con propósitos falsos, y cuando son en el ámbito de la transición energética este fenómeno suele llamarse greenwashing. Una vez que terminé de estudiar derecho europeo quería trabajar en una empresa con propósito, pero no lo conseguí hasta que decidí fundar mi propia firma de abogacía en el año 2008, con el propósito de evitar el cambio climático. Después de una experiencia catártica de representar a miles de productores de energías renovables ante la justicia europea por cambios retroactivos, que finalizó con un desistimiento forzado en 2020, muy a mi pesar en ese año también tuvo que declararse oficialmente la crisis climática. Para darle importancia cambiamos el branding de nuestra firma a Holtrop Legal in Energy Transition, aunque también hemos continuado en otro plano con la causa contra la retroactividad.

Pues después de fracasar en dos propósitos, en el 2021 mi mujer y socia María Ferrer y yo decidimos cambiar el objetivo de nuestra firma a la mitigación de la crisis climática, y arriesgar nuestros ahorros en una startup, junto con los socios fundadores Jaume Sastre y Pere Soria. Bautizamos la start-up como EquanimityEnergy, con el tag “we drive the Energy Transition”, con el propósito de casi cero emisiones en movilidad para el 2050. Nuestro equipo técnico está compuesto por Emin Energy, Evectra, Asicxxi y nuestra firma, y contamos con el apoyo de empresas como Negratin y Afry, por nombrar sólo algunas de ellas.

Desde la pandemia, las Comunidades Energéticas han tomado mucho protagonismo en nuestra firma. Las Comunidades Energéticas, por definición, tienen propósito, y por regla de tres greenwashing es cuando, siendo una empresa, haces aparentar que tus clientes estarían participando en una Comunidad Energética.

Una comunidad de energía renovable en Calatayud
Hemos asesorado a muchas administraciones y empresas públicas, a empresas que prestan servicios en este ámbito, a proyectos de I+D y, por supuesto, a proyectos impulsados por personas como tú y como yo. Uno de los proyectos que más ilusión me produce es JALON, un proyecto  europeo financiado por el programa LIFE de la Unión Europea que tiene por objetivo desarrollar y demostrar la viabilidad económica, social y medioambiental de comunidades energéticas renovables a gran escala en entornos rurales y con participación real de sus integrantes.

Para ello, mediante procesos participativos, JALON ha diseñado y puesto en marcha un demostrador que consiste en una comunidad de energía renovable a escala comarcal en la comarca de Calatayud (Zaragoza), denominada CERCA. Sólo en los últimos meses CERCA ha conseguido poner en marcha 14 instalaciones fotovoltaicas sumando 708,7 kWp de autoconsumo compartido con 145 cups (puntos de suministro), todos miembros de CERCA, subvencionadas con el programa CE-Implementa.

En JALON hay dos socios locales, la propia Comunidad de la Comarca de Calatayud, representando el ámbito institucional, y una asociación de mujeres de uno de los pueblos de la comarca, La Devanadera, representando al tejido asociativo de la región. Hay tres socios técnicos muy complementarios: la Universidad Politécnica de Madrid, experta en fotovoltaica; la Universidad de Zaragoza, experta en diseño de comunidades energéticas; y Holtrop. Finalmente, hay tres socios portugueses e italianos (CIMAC, la Universidad de Évora y EURAC) que replicarán lo aprendido en JALON en sus respectivos países.

CERCA es una cooperativa, y la estamos configurando como comercializadora para que pueda funcionar como sujeto del sistema eléctrico, y hacer más que sólo autoconsumo compartido. También existen los sujetos del sistema Comunidad de Energías Renovables, y Comunidad Ciudadana de Energía, pero todavía no se ha desarrollada la normativa para su funcionamiento. Está muy bien hacer sólo autoconsumo colectivo, pero para mi esto sería más hacer comunidad, y no tanto ser comunidad, como entidad, digamos. Sobre este aspecto ya he opinado en otras ocasiones, planteándolo como el binomio actividad y entidad.

EquanimityEnergy y las fotolineras
EquanimityEnergy también se está configurando como comercializadora pero, al contrario que CERCA, no se plantea como Comunidad Energética. Esto no quita que EquanimityEnergy tenga mucho sentido de comunidad, pero más en el sentido del stakeholdership que diferencia las empresas con propósito de las empresas convencionales. EquanimityEnergy en estos momentos está en ronda de financiación para construir dos fotolineras de alrededor de 3 MWp de generación fotovoltaica y entre 16 y 20 puntos de carga de 350 kW para cargar vehículos eléctricos, también pesados.

Aparte de servicios de carga de oportunidad, su principal actividad, EquanimityEnergy también irrumpirá con servicios de carga localizada dirigida a los usuarios en el entorno directo de sus fotolineras, y ofertas para operadores logísticos que les permitirá desplazar el coste total de propiedad (TCO) de sus camiones diésel. Así, aunque no es una comunidad como entidad, en el sentido de arraigo local, EquanimityEnergy entiende las comunidades donde opera como sus stakeholders y reporta beneficios económicos y medioambientales a las mismas mediante servicio de recarga de vehículos eléctricos con energía 100% renovable producida localmente, de kilómetro cero.

En sus propósitos ya hemos visto similitudes entre las Comunidades Energéticas y las empresas como EquanimityEnergy. Centrémonos un momento ahora en la gran diferencia entre las dos, que es su gobernanza. CERCA es una cooperativa compuesta y controlada por miembros de la zona donde opera esta Comunidad de Energías Renovables, cumpliendo así los requisitos estipulados para este tipo de entidades, anticipando su reglamentación adecuada. A diferencia de las Comunidades Energéticas, EquanimityEnergy no tiene miembros en general, sino accionistas, y no es requisito que estos sean de las localidades donde están las fotolineras. La forma en la que EquanimityEnergy organiza su gobernanza corporativa para garantizar la consecución de su propósito la podríamos llamar un pacto de socios institucionalizado. La Fundación EquanimityEnergy controla todos los derechos de voto de las acciones de EquanimityEnergy S.A., mientras que los derechos económicos los mantienen las personas y entidades que aportaron su capital.

Esta Fundación es el guardián de la persecución del propósito de EquanimityEnergy, y es sólida garantía para todos los takeholders de EquanimityEnergy, como pueden ser sus accionistas minoritarios, sus proveedores altamente involucrados, sus usuarios y, por supuesto, las comunidades donde despliega sus actividades. La Fundación EquanimityEnergy, además, persigue incluir en su patronato a estos stakeholders, planteando su gobernanza corporativa en concordancia con su propósito.

[Pie de foto: recreación de la fotolinera que EquanimityEnergy ha proyectado en Villena (Alicante). Tendrá 3,74 MWp de generación fotovoltaica y 20 puntos de carga de 350 kW].

* Piet Holtrop es abogado y fundador de Holtrop S.L.P. Legal in Energy Transition, firma internacional especializada en todos los aspectos legales de la transición energética, y de EquanimityEnergy, una start-up en movilidad eléctrica

Este reportaje forma parte de la edición en papel ER234 que puedes descargar gratis en este enlace

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