El autoconsumo ha llegado con fuerza “y va a constituirse -ha explicado la consejera- en un elemento habitual y consustancial en nuestros hogares y en nuestras empresas”. Según la titular del departamento de Transición Ecológica y Sostenibilidad, el autoconsumo acarrea numerosas ventajas para las empresas, como el ahorro, la eficiencia, la independencia energética, la rentabilidad, la innovación, la competitividad o la responsabilidad social y medioambiental, atributos que, según García, están ganando relevancia en un marco como el presente, dominado por las turbulencias en los mercados energéticos.
Actualmente Extremadura registra un total de 422 instalaciones de autoconsumo puestas en servicio en empresas con una potencia pico de 28,2 MW.
La consejera ha recordado que “en estos momentos sigue abierta la línea de subvención para autoconsumo y almacenamiento en empresas con más de 6,3 millones de euros”, la dotación más elevada de los últimos años gracias a los Fondos europeos de recuperación.
García ha recordado que el 13 de noviembre de 2019, la Junta de Extremadura de la mano de otras instituciones y del sector eléctrico regional y nacional firmó el Acuerdo Estratégico para el Fomento del Autoconsumo en Extremadura con el objetivo de aprovechar los recursos propios y fomentar el despegue de la generación distribuida.
Y, en ese sentido, ha insistido en que “cualquier empresa que quiera ser competitiva tiene en el autoconsumo un elemento esencial para reducir costes y controlar la factura energética a largo plazo”, teniendo en cuenta que en cuanto una industria comienza a producir su propia electricidad puede conocer exactamente cuánto costará el suministro eléctrico durante los próximos años. Además ese ahorro financiero se puede destinar a actuaciones en otros ámbitos de las empresas.
El autoconsumo se traduce además en un compromiso con la sostenibilidad y con la generación eléctrica limpia y se convierte en un ejemplo de concienciación empresarial, de apuesta por las renovables y de colaboración activa en la lucha contra el cambio climático.
Por todo ello, “el reto que nos queda es convencer a las empresas extremeñas de que no pueden dejar pasar la gran oportunidad que supone el autoconsumo industrial. Tenemos que acelerar aún más el ritmo de implantación. La hoja de ruta nacional atribuye a Extremadura un potencial de autoconsumo global de 200 MW en 2030, y creo sinceramente que lo vamos a alcanzar y sobrepasar”.