Es el problema del momento, la conversación de 'corrillos' y charlas de café en ferias, congresos y encuentros. El sector no cuenta con suficientes instaladores para instalar todos los megavatios previstos de autoconsumo. El año pasado se instalaron en España 1,2 gigavatios (1.203 MW) de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo. Es decir, creció un 101,84% con respecto a 2020 (596 MW). Son los datos que la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) hizo públicos en el mes de enero. Las previsiones para este año continúan en líneas verdes: se prevé la duplicidad del 2021 y la llegada a 2,4 o 2,5 GW, según ha informado APPA Renovables a este medio. En definitiva, cada año se ha duplicado la potencia instalada del año anterior. Pero, ¿seguirá esta tendencia los próximos años si no hay instaladores suficientes?
"Hemos visto como la demanda de instalaciones de autoconsumo ha crecido muchísimo, pero no tanto la oferta; una oferta en términos de profesionales que se dediquen específicamente al sector del autoconsumo. Esto es un problema para el desarrollo del sector, siendo una de los principales cuellos de botella que estamos viendo en el último año. Nos han comentado que hay falta de jefes de obra, por ejemplo", asegura Paula Santos, directora de autoconsumo y comunidades energéticas de UNEF. Pero no es el único. También existe una falta de suministro. "Hay una falta de suministro de toda la cadena de valor: dificultades para encontrar módulos, inversores y también instaladores. No es un problema solo de instaladores, es un problema es que el crecimiento es del 100%. Esto lleva a que en algunos casos pueda haber falta de suministro o falta de conocimiento en el caso de personas instaladores y montadores. Yo creo que hay un problema en la labor de tramitación y gestión más acuciante que en la falta de instaladores", indica Jon Macía, presidente de APPA Autoconsumo. Y sin duda las barreras administrativas. "No es un tema de que sólo faltan instaladores; es que se ha pasado de n a n elevado a la enésima potencia. No ha habido plazo para que ninguno de los agentes se haya podido adaptar a la situación actual del mercado. El colapso está en la parte de administración porque donde antes tenían dos proyectos ahora tienen diez para ejecutar", añade Pablo Corredoira director de Haz Energía. En definitiva, falta de instaladores y de suministro, y retrasos administrativos o en los procesos de acceso y conexión para las instalaciones de autoconsumo, "un proceso que ahora mismo está fallando", señala Paula Santos de UNEF.
El boom fotovoltaico que está atravesando y viviendo el sector se traduce en un crecimiento de empresas y en una reconversión del personal; "ha crecido el número de empresas que se están empezando a dedicar al autoconsumo, que anteriormente no se estaban dedicando a ello. Falta gente que esté especializada en el sector del autoconsumo. Y esto es una cuestión de tiempo; el sector del autoconsumo está creciendo de manera exponencial en muy corto tiempo, pero para la formación de personas que se encarguen de estos trabajos de manera específica se requiere un tiempo mayor. Hay un desfase entre esos tiempos que crea un cuello de botella y que se convierte en una de las barreras en las que estamos trabajando", indica Paula Santos. Crecimiento que se suma a las que ya había en este país. "Hay muchas empresas que no se dedicaban al autoconsumo, y también otras empresas que se dedicaban a las utilities o plantas de producción de energía eléctrica y que ahora están empezando esta línea de negocio de autoconsumo. Pero necesitan formación, por ejemplo, en las diferentes modalidades de autoconsumo que existen", añade Santos. "Este sector tiene empresas de toda la vida, pero también han entrado nuevas que están haciendo un intrusismo muy agresivo. El instalador de toda la vida se tiene que defender y ser capaz de jugar con sus propias reglas. El sector fotovoltaico ha sido un sector muy honesto, pero cuando se encuentra con agentes de otros sectores totalmente ajenos que están intentando canibalizar todo el sector, tienen que adaptarse a sus reglas. El instalador de toda la vida que quiere cumplir la normativa sabe los plazos que hay; el que lleva toda la vida tiene sobre presión de oferta por una competencia y luego expectativas frente a un cliente final", asegura Pablo Corredoira.
Ambos coinciden en el diagnóstico, y también en la solución. "El proceso de formación y especialización en términos de autoconsumo es clave", dice Paula Santos. "El problema que hay ahora mismo es que no tenemos técnicos cualificados ex ante, es decir, tienen que ir formándose sobre la marcha", añade Corredoira. Desde APPA Autoconsumo, Jon Macías apunta más allá: "hay problema de instaladores en otros sectores también. Hay problemas para localizar gente que ha estudiado Formación Profesional (FP) o módulos. Somos una generación con padres que no han podido estudiar en muchos casos en la universidad, y a toda costa nos han inculcado estudiar una carrera. Entonces ese perfil de FP y módulos se ha despreciado, pero a día de hoy tiene mucho valor ese perfil". Para realizar la ejecución de una instalación –detalla UNEF– se necesita el siguiente personal cualificado: mano de obra (encargado de montaje, etc), instaladores, que pueden estar habilitados para trabajar en Baja Tensión y Alta Tensión (electricistas autorizados por los Reglamentos Electrotécnicos con conocimiento sobre fotovoltaica y autoconsumo), jefes de obra y finalmente, ingenieros que diseñan el proyecto. En total, aproximadamente para realizar in situ la instalación sobre una cubierta industrial o sobre un tejado residencial se precisan dos o tres personas, dependiendo de las condiciones de la propia instalación.
Una situación cada vez más habitual la de realizar instalaciones de autoconsumo que trae consigo un aumento de demanda. "Esta falta de instaladores repercute en los plazos de las instalaciones, y más cuando el cliente está más inquieto. Cuando la energía estaba a 50 euros tenía una inquietud, cuando está a 200 euros la necesidad de ahorrar es más inmediata. Es la tormenta perfecta porque el autoconsumo ha entrado con la inmediatez, con la necesidad de ahorrar ya. Además, el sector energético antes era importante, pero no clave en algún producto industrial. Ahora ha llegado a ser clave. En algún producto final el precio de la energía pesa hasta un 70%. Antes la gente tenía una necesidad, ahora tiene una urgencia", describe Jon Macías. "En el autoconsumo el cliente final exige una inmediatez. Cuando esto se extrapola al sector, que tiene una cadena de valor muy grande –desde la administración pública hasta el que tramita la instalación– hace que resulte imposible cumplir esos plazos y que se esté generando muchísima presión en toda la cadena. Toda la cadena de valor está tensionada porque es incapaz de cumplir con las expectativas reales que manifiesta el cliente", añade Pablo Corredoira. "Entre la oferta y la decisión del cliente antes podían pasar siete meses, un año o año y medio incluso. Ahora en dos meses el cliente quiere decidir, en dos meses toma la decisión de la inversión", finaliza Macías. En definitiva, falta de suministros, falta de personal cualificado que se traduce en una nueva barrera que retrasa los plazos de ejecución y entrega de las instalaciones de autoconsumo que cada vez están siendo más habituales en nuestro entorno. Una situación, sin duda, que se ha desencadenado por el boom que está viviendo la fotovoltaica.
La importancia de la formación
"Es complicado encontrar gente con experiencia porque el boom que estamos experimentando ha superado todas las expectativas", resume Álvaro Chagoyen, docente de energías renovables en MasterD. Y es que si la demanda de instalaciones por parte de los consumidores se ha convertido en una urgencia –como explicaban en las líneas anteriores Paula Santos de UNEF, Pablo Corredoira de Haz Energía y Jon Macías de APPA Autoconsumo–, la demanda de personal cualificado por parte de las empresas a escuelas de formación también es una necesidad inmediata. "El porcentaje de prácticas y de contratación es elevadísimo. Solemos mandar a aquellos alumnos que han destacado o que se han implicado de una manera mucho más directa y sólida. Nos los quitan de las manos. En delegaciones de MasterD más potentes como Barcelona, Madrid o Valencia, tenemos mucha más demanda que oferta; las empresas van a los centros de MasterD a pedir profesionales porque necesitan personal. Cuando el alumnado ha realizado ¾ partes de la formación, ya se los quieren llevar para firmar un convenio de prácticas. Después la inmensa mayoría quedan contratados; alrededor del 85 o 90% de los alumnos en prácticas quedan contratados en la misma empresa", comenta el docente del centro. MasterD cuenta con más de 25 años de trayectoria y con 31 centros en España y Portugal en los que se imparte y combina una formación online y presencial a través de un modelo en dos niveles: el conocimiento y las habilidades. "En MasterD somos profesores que nos hemos dedicado al sector, por lo que los alumnos cuentan con toda esa experiencia. Falta gente con experiencia, pero lo que intentamos en las formaciones es que toquen, que instalen, que aprendan a vender, a instalar, a mantener estas instalaciones solares", añade Chagoyen.
La edad media del alumnado se sitúa entre los 20 y 30 años, habiendo también jóvenes de 16 años e incluso "alumnos de 40 años que tienen su empresa y su vida encauzada, pero quieren montar una empresa de energía solar o de autoconsumo". Un nuevo paradigma que ha dejado el boom fotovoltaico: "tenemos a mucha gente reconvertida que pueden firmar y realizar la instalación completa. Esto siempre se ha visto, pero en muy pequeña medida. Ahora se está viendo mucho más gracias a este boom de la fotovoltaica", comentan desde MasterD. Y es ahí donde la cualificación y la formación es clave porque "los electricistas están acostumbrados a trabajar con corriente alterna, pero al hablar de energía solar estamos hablando de corriente continua y su comportamiento es diferente. Se requieren otro tipo de pautas, de protecciones, de equipos… las cosas funcionan de diferente manera a la corriente alterna", explica el docente Chagoyen. Y un dato más. Este profesor ingeniero en telecomunicaciones y dedicado a las instalaciones solares durante toda su carrera profesional, contaba hace cuatro años con una cartera de 800 alumnos, y ahora es de 2.900: "esta década 2020-2030 va a ser clave. Hay trabajo de sobra para miles de personas; se están generando un montón de puestos de empleo. Ya empieza a ser normal, pero dentro de un par de años lo normal será ver paneles solares fotovoltaicos en los tejados de las viviendas y las cubiertas de las industrias".
El Sello de Calidad UNEF
La Unión Española Fotovoltaica lleva desde 2020 promocionando y trabajando con el Sello de calidad UNEF para instaladores de autoconsumo, "con el objetivo de darle un valor añadido a aquellas empresas instaladoras eléctricas que ejecutan las instalaciones, y que confirmamos y certificamos que conocen la normativa aplicable de autoconsumo, que tienen los equipos de medida correctos y que desarrollan las ejecuciones de acuerdo a la normativa de calidad y seguridad industrial y eléctricas", explica Paula Santos desde UNEF. Este sello está teniendo una buena acogida dentro del sector y está experimentando un crecimiento notable. Por el momento son 14 las empresas que ya cuentan con este distintivo, "una certificación voluntaria, pero que crea un valor añadido a la empresa instaladora". Para conseguir el Sello de calidad, "primero garantizamos que los instaladores que desarrollan y ejecutan las instalaciones tienen una formación sobre autoconsumo, y además se certifica la empresa con tres certificadoras como son SGS, CERE y PI Berlin. El solicitante del sello de calidad elige la certificadora para que le haga todo el proceso de auditoría", concluye Santos.
La voz de la experiencia
El Instituto de Energía Solar es el centro de I+D especializado en energía solar fotovoltaica más veterano del mundo junto al Solar Energy Research Institute. Fundado por el profesor Antonio Luque, hace unos meses contamos su trayectoria y trabajo en la edición dedicada a la formación. En ese momento ya nos confirmaron que "la competencia dentro del sector fotovoltaico va a ser feroz. Y la formación va a ser, sin duda, el elemento diferenciador para conseguir un puesto". Ahora volvemos a charlar con ellos, en este caso con Ignacio Rey-Stolle, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid (el Instituto es parte de la UPM). "Todas las empresas manifiestan su interés y convencimiento de que la formación específica es fundamental en el sector. Las empresas dicen necesitar gente especializada y formada en procesos fotovoltaicos, ingenieros fotovoltaicos. A nivel de posgrado, las empresas manifiestan esa necesidad de formación específica", defiende el profesor. Y es que la FP o los módulos son necesarios a la hora de formar instaladores, pero las instalaciones de autoconsumo o fotovoltaicas en su conjunto también precisan de ingenieros especializados. "Una cosa es el trabajo de campo y la propia instalación, y otra quién ha hecho ese diseño, dimensionamiento, y quien ha elegido la configuración de la planta o de la instalación de autoconsumo. Son planos diferentes. Alguien es el que ejecuta, y otro el que decide los elementos", añade Ignacio.
Sin embargo, esa necesidad de formación en niveles universitarios y de posgrado no se traduce en un aumento de estudiantes: "en términos de alumnado no hemos visto un crecimiento significativo. Tenemos 30 plazas disponibles este año, y este año estamos alrededor de 20 alumnos. En general, no se ha percibido un crecimiento de la demanda de alumnos paralelo al boom que está experimentando el sector". Un aumento que sí se ha notado en las empresas: "hemos visto un gran incremento de la demanda de las empresas. Tenemos multitud de ofertas pidiendo gente formada y responsable". Por lo tanto, la demanda de las empresas genera que el alumnado tenga facilidades para encontrar un puesto de trabajo. "Tenemos una tasa de paro de cero. En el sector nuestros alumnos rápidamente encuentran prácticas o reciben una oferta de trabajo. El mercado tiene mucha demanda de personal cualificado y las carreras pueden ser relativamente rápidas hasta puestos muy interesantes. Eso está haciendo que muchas veces la industria 'nos robe' a los alumnos por la necesidad que hay de gente formada".
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