Acaba de ver la luz la tercera edición del Observatorio Estratégico del Autoconsumo Fotovoltaico, una iniciativa impulsada por Solarwatt España y cuya ejecución corre a cargo del Instituto de Estudios de Mercado y Opinión Análisis e Investigación. Esta edición llega con un retraso de un año, a consecuencia del paréntesis que impuso la pandemia. Apenas recuperada una razonable normalidad, Solarwatt se puso a activarlo de inmediato para conocer la evolución de este mercado en España, pues en la actualidad, no se dispone de otra fuente ni pública ni privada que lo analice. En un Observatorio como este, que ve ahora su tercera edición, es obligado hacer de sus resultados una interpretación dinámica exponiendo cómo han cambiado los datos de dos años a esta parte, y -cuando conozcamos las causas- también el porqué de esos cambios.
El primer dato importante de esta edición es que el número de instalaciones con respecto al primer Observatorio, realizado en 2019, se ha multiplicado por cinco, pasando de un 0,9% de la muestra al 4,5% en la actualidad. Este crecimiento ya lo pronosticamos en 2019 analizando los datos del propio Observatorio relativos a la intención de compra, y dos años después, se ha cumplido. Ha aumentado también el interés por la información relacionada con la energía fotovoltaica, de modo que la cifra de quienes ya la han buscado y se han documentado alcanza este año el 35% de la muestra.
Convencidos
También ha crecido el porcentaje de personas que están seguras de querer instalar a corto/medio plazo, pasando de un 24,3% a un 32%. Más de la mitad de ellos, un 18%, constituyen los llamados "convencidos", que están decididos y ya se consideran informados. Un 18% de demanda potencial decidida e informada constituye un mercado de enorme vitalidad que va a proporcionar importantes beneficios a la comunidad. En primer lugar, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, al reemplazar energías generadas por combustión por energía solar. Pero, además, va a suponer muchos cientos -si no miles – de nuevos puestos de trabajo cualificados, tales como ingenieros, técnicos, electricistas, instaladores… así como unos volúmenes de facturación que van a hacer crecer significativamente el sector.
Ahorro económico y motivación medioambiental
Los encuestados manifiestan más que en ediciones anteriores el ahorro económico como la principal motivación para la instalación, perdiendo peso la motivación medioambiental, que queda eclipsada por la preocupación que producen otros problemas de impacto personal inmediato, como ha sido la pandemia. A pesar de este descenso en la motivación de la compra, la sensibilidad hacia los problemas del cambio climático es un factor predisponente y que inicia todo el proceso de búsqueda de información.
"No interesados"
Hay casi un cuarto de la muestra (23,8%) que constituye un segmento que se ha denominado "No interesados"; que nunca han pensado en instalar ni se han informado de nada de esto, ni tienen intención de hacerlo. Todo parece indicar que se trata de un segmento de tamaño estable y de muy difícil movilización. Probablemente la llegada de instalaciones fotovoltaicas a su entorno social, las referencias de amigos y familiares acerca de esta tecnología y sus ventajas sean el medio más convincente de movilizar a este grupo, pues estamos comprobando también la creciente influencia en la decisión de compra que están teniendo las relaciones llamadas pier to pier, o sea, entre pares, entre próximos. Estas relaciones tienen más fuerza prescriptora que las propias marcas en un mercado como este, inmaduro y carente de muchos mecanismos de consulta y referencia propios de mercados maduros.
Esto tiene gran trascendencia, pues los que finalmente instalan relatan su peripecia informativa como una especie de carrera de obstáculos en soledad: buscando como pueden información en internet, sin saber qué grado de crédito atribuir a lo que allí leen, pues suele ser información de parte, sin ninguna instancia "neutral" fiable a quien recurrir. En otras palabras, toda la información que adquieren procede de alguien que les quiere vender algo y no saben en quién confiar. De ahí, que cuando un vecino, familiar o amigo, ha dado ya el paso y les cuenta su experiencia, el poder prescriptivo de este es enorme.
Todo mercado inmaduro tiene algo de "río revuelto". Ciertamente, las promesas de ahorro en factura, rendimiento de los sistemas, garantías de sus componentes, etc. no rara vez son exageradas y carentes de fundamento. Para los ojos inexpertos del ciudadano que se está informando, la confusión debe ser enorme porque, a diferencia de otra clase de productos, en el caso de los módulos fotovoltaicos no hay evidencias visuales de calidad que el profano pueda identificar y, ante productos que parecen iguales, la elección del más barato es el camino más corto a la decisión.
Un mercado de imparable crecimiento
Estamos ante un mercado en imparable crecimiento y muy prometedor, que se ha multiplicado por cinco en dos años, que va a contribuir a la descarbonización del sector energético y que va a hacerlo a base de esfuerzo privado. Sería muy conveniente que, desde instancias de la administración competente, en cualquiera de sus niveles: municipal, autonómica o nacional, se crearán centros de ayuda informativa al comprador y se facilitasen consejos y claves que pudieran dar a aquél certidumbre y seguridad en sus decisiones.
El Observatorio pone de manifiesto que de aquellos que han buscado información para plantearse la compra de la instalación, tan sólo un 6,6% recurrió a la Administración, frente al 65% que confió en las distribuidoras y el 40%, que se informó a través de amigos y conocidos que tenían instalación. Sería, por tanto, muy deseable y positivo para este mercado que las administraciones se hicieran visibles aportando luz a los interesados en sus procesos de decisión y dándoles información que para estos va a tener más imparcialidad que la procedente de los jugadores comerciales.
