La asociación Protermosolar difundió ayer un comunicado en el que señala que la Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética "cercena el desarrollo de un sector [el termosolar] en el que España es líder internacional". Se pierde así la oportunidad –dice esta patronal– de "continuar generando empleo de alta cualificación y ello obligará a importantes reducciones de personal". De esta forma, concluye la asociación, "se debilitará la posición de nuestras empresas ante un enorme mercado emergente y se desperdiciará una oportunidad histórica irrepetible para la tecnología de nuestro país". España va a cerrar el año 2012 con aproximadamente 1.800 megavatios de potencia termosolar instalados (39 centrales), lo que equivale a casi el 72% de la potencia mundial termosolar. A estas alturas de siglo, el resto de Europa no suma ni media docena de megavatios en marcha, Australia no registra ni una veintena y Estados Unidos tiene un parque termosolar nacional que equivale aproximadamente a la tercera parte de lo instalado aquí. Empresas e instituciones españolas, como el Centro Nacional de Energías Renovables (Cener), Ibereolica, Acciona o Abengoa, que lideran a escala global el sector, desarrollan proyectos en cuatro de los cinco continentes.
El doble atentado del gobierno contra el sector
Pues bien, según Protermosolar, la nueva ley, que entrará en vigor en enero, "es retroactiva y discriminatoria contra el sector termosolar" (la ley ahora aprobada, aparte de imputar el 7% susodicho a todo kilovatio generado, le recorta específicamente a la termosolar casi un 15% de sus primas). La patronal del sector señala en su comunicado que ambos golpes dejan a las centrales existentes en "una situación económica muy comprometida", pues las empresas y fondos nacionales y extranjeros que promovieron la construcción de esas instalaciones lo hicieron a la luz de un marco regulatorio que establecía unas primas muy concretas, unas primas que habían sido calculadas "con el objetivo de que las inversiones alcanzasen la rentabilidad razonable que garantiza la Ley del Sector Eléctrico". Con la aprobación ahora de la denominada Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética, ese marco –de rentabilidad razonable– ha sido roto por la administración, que vuelve a atentar así, según Protermosolar, contra la seguridad jurídica: "el cambio de reglas de juego una vez construidas las plantas es absolutamente inadmisible en un Estado de derecho que pertenece a la Unión Europea y a la OCDE y constituye todo un atropello", señala la patronal en su comunicado.
Las primas de la termosolar
Más aún: Protermosolar anuncia además que la medida del gobierno puede ocasionar a las arcas públicas, por otra parte, pérdidas directas cuantiosas: "las principales empresas e inversores internacionales del sector previsiblemente presentarán demandas millonarias contra el Reino de España en las Cortes de Arbitraje Internacional", vaticina la patronal. En ese sentido, Protermosolar considera además "muy probable" que España tenga que hacer frente "a grandes indemnizaciones". Todo ello, independientemente de que, de cara al futuro, "esto nos posiciona como un lugar inseguro para futuras inversiones en los momentos en los que más apoyo necesitamos para nuestra economía". Por otra parte, las primas a la termosolar no son particularmente elevadas. Según la Comisión Nacional de Energía, entre el uno de enero y el 30 de octubre del corriente (último dato disponible), la cuantía satisfecha en calidad de prima termosolar no alcanza los 850 millones de euros (sobre un total -de primas a las renovables- que ha rondado en esos diez meses los 5.600 millones de euros).
Las subvenciones del gas
Paradójicamente, la cogeneración con gas se ha llevado en primas en ese mismo período más de 1.500 millones de euros. No es ese, sin embargo, el único ingreso del gas que sale de los costes regulados por el gobierno en la tarifa. Porque el gas también percibe una subvención llamada "incentivo a la inversión" –denunciaba el pasado mes de julio la propia Protermosolar–, una subvención de 20.000 €/MW/año durante diez años, un incentivo que ha acumulado más de 2.000 millones de euros con Destino Gas desde que estallara la crisis, en 2008, y que el anterior ministro, Miguel Sebastián, elevó a 26.000 €/MW/año momentos antes del cambio de gobierno. Para que se entienda mejor, pongamos un ejemplo: el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y el presidente de Endesa, Borja Prado, inauguraron el 30 de marzo del año pasado la central de ciclo combinado Besòs 5, que, según Endesa, "tiene una potencia de 859 MW y ha supuesto una inversión de 436 millones de euros". Pues bien, si multiplicamos 859 MW por 26.000 euros y por diez años, la cantidad obtenida supera los 220 millones de euros, es decir, más del 50% de la inversión que declara Endesa. ¿Conclusión? Los consumidores pagan a Endesa más de la mitad de lo que cuesta levantar la central de ciclo combinado, o sea, que son inversores (en una cantidad superior al 50%) en la sombra: inversores en la sombra... aunque no, desde luego, propietarios de ese 50%.
Los que salen ganando con el golpe a la termosolar
El beneficiario de todas esas subvenciones encubiertas (o no tan encubiertas) –y asimismo del doble atentado ahora perpetrado contra la termosolar– es, en fin, el gas, combustible fósil que está viendo muy mermadas sus expectativas de generación como consecuencia de la puesta en marcha de instalaciones de producción de energía renovable (el kilovatio limpio tiene prioridad de acceso a la red por ley sobre el kilovatio fósil y, solo el año pasado, ocupó un tercio de la tarta de los kilovatios del mercado eléctrico español, un tercio que no pudieron generar, ni vender, los señores del gas). La tecnología termosolar empieza además a competir también cuando no brilla el sol, es decir, precisamente cuando el gas más fácil tenía el verter a red. Y está empezando a competir también en horario nocturno porque los sistemas de almacenamiento de calor en tanques de sales que está implementando la termosolar en muchas de sus instalaciones están empezado a permitir la generación termosolar también por la noche: es el último paso de esta tecnología, la gestionabilidad, que distingue a la termosolar de la eólica, por ejemplo, y que demuestra que los tecnólogos españoles de la termosolar no se han dormido en los laureles.
Negacionistas
Así las cosas, fuentes próximas al sector renovable consideran que los promotores del gas (tecnología que ha instalado 27.000 MW en los últimos diez años) se equivocaron con esa apuesta –probablemente llevados de la mano del negacionismo del cambio climático– y se equivocaron además al no prever el desarrollo que han experimentado en esa década las tecnologías renovables (sobre todo la eólica, pero también la FV y la termosolar, cada vez más competitivas). ¿Y quiénes son hoy los señores del gas, los antaño borjamaris que –engominados en los noventa, y negacionistas del cambio climático–, se equivocaron? Pues léase Iberdrola, que tiene más de 6.000 MW de gas instalados en España (su principal accionista es, por cierto, el fondo soberano de Catar, que es casualmente uno de los principales vendedores de gas a España); léase Endesa, ahora filial de la italiana Enel, y dueña y señora de 14.000 MW térmicos (de gas y carbón) en España y Portugal; y léase Gas Natural Fenosa: 7.000 MW más. Todas ellas también se verán obligadas a pagar un 7% –la Tasa Soria– sobre cada kilovatio generado en sus centrales térmicas. La diferencia es que, mientras que los señores del gas repercutirán ese coste sobre los consumidores, las empresas de generación renovable no pueden hacerlo, pues están sujetas a una prima establecida por ley, y tendrán que costear ese 7% de incremento sobre la parte de sus ingresos que representan las primas, o sea –concluye Protermosolar–, que ese 7% "irá en su totalidad contra su cuenta de resultados".
La nomenclatura del gas
Por cierto, quizá conviene recordar aquí, nuevamente, que la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de España (Fenie) publicó hace unos meses en su revista (edición número 34) un espléndido reportaje en el que señalaba a todos los cargos políticos de primera fila (PSOE y PP) que, tras haber pasado unos años en la administración como "servidores públicos", habían vuelto a la actividad privada. Ese reportaje recogía concretamente, con nombres y apellidos, a un montón de esos próceres que han estado construyendo, formando y reformando, a lo largo de los últimos treinta años el mercado eléctrico español. A continuación, señalamos los nombres más sonoros y, tras ellos, las empresas que los han fichado: Felipe González, Gas Natural Fenosa; José María Aznar, Endesa; Ángel Acebes, Iberdrola; Pedro Solbes, Enel; Manuel Marín, expresidente del Congreso de los Diputados, ahora presidente de la Fundación Iberdrola; Luis Carlos Croissier, exministro de Industria, ahora en Repsol; y, por fin, Rodolfo Martín Villa, político incombustible, diputado, ministro y miembro de la ejecutiva nacional del Partido Popular, que presidiera Endesa, la más formidable de las compañías eléctricas españolas, cuando aún era parcialmente –un 67%– pública, y que es, sin duda, epítome de la "transparencia" que caracteria al sector eléctrico nacional (véase si no este álbum fotográfico que repasa su brillante trayectoria).
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