El Reino Unido está abonado a las megaplantas de biomasa, bien es cierto que dos de las más grandes, Tillbury y Drax, son unidades de centrales de carbón reconvertidas a los biocombustibles sólidos. La de Teesside será la más grande con construcción y funcionamiento exclusivamente orientados a la producción de calor y electricidad con biomasa. La intención es que el primero se derive hacia clientes locales y la segunda se vierta a la red nacional. A los responsables del FIDeR les pareció bien apoyar esta planta con un régimen de primas beneficioso, pero faltaba por conocer si se atenía a la normativa de la Unión Europea.
En un comunicado de prensa emitido el jueves, la Comisión Europea da el visto bueno a que el operador de la planta de cogeneración, MGT Power, reciba una prima variable por encima del precio de mercado de la electricidad para compensar los mayores costos que supone producirla con biomasa. La planta tendrá una capacidad instalada de 299 MW y esté previsto que no entre en operación hasta julio de 2018. Calculan que durante sus 30 años de vida útil reducirá la emisión de 32 millones de toneladas de CO2 y generará 2,1 TWh de electricidad.
Ayudas proporcionales al objetivo renovable
La CE afirma que evaluó el proyecto a la luz de las nuevas medidas que aprobó la Comisión en abril de 2014 relacionadas con las ayudas estatales a iniciativas vinculadas al medio ambiente y la energía y consideró que contribuye a la consecución de los objetivos de Europa 2020 para las energías renovables. Por otro lado, entiende que reúne las suficientes garantías para evitar posibles distorsiones en la competencia provocadas por la ayuda estatal. Concluye que “el importe de la ayuda es proporcional al objetivo perseguido”.
En el portal británico Business Green se recoge la satisfacción tanto de los responsables de MGT Power como la del secretario de Energía y Cambio Climático del Reino Unido, Ed Davey, que considera la decisión de la CE como un empujón decisivo a los esfuerzos de descarbonización de su país. Además, Davey recuerda que durante la construcción se crearán 700 puestos de trabajo, que se convertirán en 150 fijos una vez que la planta esté en funcionamiento. Business Green se hace eco también de las críticas de grupos ecologistas, que consideran que las grandes necesidades de biocombustibles sólidos que precisan plantas de este tipo aumentan el riesgo de emisiones procedentes de la deforestación.