Los trabajadores afectadas en España se distribuyen entre los que trabajan en la sede central de Siliken en Paterna, la fábrica de módulos de Rafelbuñol (139 empleados) y la plantilla de su comercializadora de módulos, Siliken Energy, todos ellos en Valencia. A estos empleados hay que añadir los de la fábrica de silicio de Siliken en Casas Ibáñez (Albacete), despedidos en febrero pasado.
Según fuentes sindicales citadas por medios valencianos, la compañía aplicará a los trabadores ahora afectados la indemnización mínima (20 días y 12 mensualidades).
En el exteror, Siliken cerró en septiembre su fábrica de Tijuana (México), tan solo 19 meses después de ponerla en marcha, y en mayo la de Ontario (Canadá), que había supuesto una inversión de dos millones de euros en 2011. Además, tiene una línea de producción de módulos en Rumanía, igualmente amenazada. En total, son 1.100 los trabajadores afectados. Según informa el portal Alimarket, solo se quedarán unos 30, entre directores generales y personal de oficina en España y en sus filiales de Italia, Alemania, Estados Unidos y Francia.
La moratoria a las renovables, el 'dumping' de los fabricantes chinos y la caída en picado del precio de los módulos se perfilan como las causas principales que han llevado a Siliken a esta situación. El grupo tiene una deuda de 45 millones de euros y está tratando de renegociar un crédito de 130 millones con entidades financieras, pero la empresa ha reconocido a los trabajadores que existen “mínimas posibilidades” de éxito.
El grupo Siliken está participado en un 59% por la sociedad de capital riesgo Zriser, firma de inversión de Pablo Serratosa; los socios fundadores tienen un 32%; y el 9% restante accionistas minoritarios. En 2011, Siliken obtuvo unos ingresos netos de 255 M€, un 21,5% menos que el año anterior.
Como promotora de parques fotovoltaicos, el grupo tiene instalados 7,7 MW, repartidos entre Italia (4,7 MW), España (2,5 MW) y Francia (0,5 MW). En construcción tiene 100 MW en México y 1,5 MW en Estados Unidos.