Los paneles fotovoltaicos convencionales son por lo general rígidos y deben ser instalados en superficies firmes y afianzados con mecanismos de sujeción, lo que "limita las superficies factibles para acoger paneles solares", señalan los investigadores en Scientific Reports.
El logro de los investigadores californianos, a cuyo frente se encuentran los académicos Xiaolin Zheng y Chi Hwan Lee, es haber desarrollado no solo un prototipo de panel flexible, delgado y eficiente, sino barato y que "puede ser despegado de sus respectivas hojas plásticas protectoras y adherirse, como tiritas o pegatinas, a virtualmente cualquier superficie", indican.
Así, el equipo ha logrado pegar células solares de película fina a papel, plástico y vidrio, entre otros materiales, de un modo "no mucho más complicado que la transferencia a la piel de un tatuaje de quita y pon", según ha explicado Zheng. Y encima pueden volver a despegarse si se desea. “Sorteamos las dificultades mediante un proceso tecnológico del ‘arranca y pega’ que confiere a los paneles solares de película fina un potencial inaudito de flexibilidad y adhesión, aparte de reducir su peso y coste”, añade.
Los investigadores desarrollaron este método experimentando con una película de níquel, de apenas 300 nanómetros, puesta sobre una placa de silicio y dióxido de silicio. La Universidad afirma que las pruebas efectuadas demuestran que el nuevo proceso mantiene del todo intactas y plenamente funcionales las células solares.