Entre la votación de la Comisión de Industria de Investigación y Energía del PE y la de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (Envi), LSB emitió una nota de prensa en la que valoraba de forma positiva la disposición de ambos organismos a fijar un objetivo del 2 % de biocarburantes avanzados para 2020. También se congratulaban del “recorte” (entre un 5 y un 6,5 %) a los procedentes de cultivos y de que se estudie el efecto del cambio indirecto del uso de tierras (CIUT). Sin embargo, pedían expresamente que en el 2 % de los avanzados se excluyeran determinadas materias primas, entre las que están los aceites usados y las grasas animales, aspecto que tuvo en cuenta la Comisión Envi.
En la propuesta elaborada por la eurodiputada liberal francesa Corinne Lepage y aprobada por mayoría por la comisión, se establecen tres grupos de materias primas no procedentes de cultivos. Dos de ellas contarán para alcanzar el porcentaje establecido para los considerados avanzados. En una incluyen principalmente residuos vegetales (agrícolas y forestales), además de la fracción orgánica de los residuos domésticos, estiércol y lodos de depuradora. En otra se incluyen las algas, además de bacterias y el carbono obtenido mediante métodos de captura y almacenamiento. Queda fuera de los objetivos un tercer grupo, el de los aceites de cocina usados y las grasas animales.
Solo algas, residuos vegetales, estiércol y lodos
Tras conocer la aprobación de la propuesta elaborada por Lepage, la sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) la criticó abiertamente por injustificada y dañina para la industria europea. En referencia al objetivo para los biocarburantes avanzados, la asociación apoya la propuesta de establecer un 2 % obligatorio, aunque afirma que “entre las materias primas consideradas para su fabricación deberían incluirse los aceites de cocina usados y las grasas animales”.
A la espera de la resolución final que tome el PE en septiembre, los miembros de LSB dejan bien claro que no quieren a estos aceites y grasas en el mix de materias primas para cumplir con el objetivo de 2020. Además de rechazar la inclusión de este tipo de residuos, consideran como “absurdo y contraproducente de cara a los objetivos que persigue la legislación”, que cuenten los desechos derivados de la oleoquímica, de la producción de biodiésel (la Comisión Envi sí admite en el 2 % a la glicerina procedente de la elaboración de este biocarburante) y del procesamiento del refinado de aceite vegetal, “donde se utilizan materias primas no sostenibles, como el aceite de palma”, remarcan.