Han sido, por lo menos, 637 GWh, o con más precisión 636.697 MWh, o 636,7 millones de kWh perdidos. Vertidos, entre los días 28 de marzo y hoy 1 de abril de 2013. El equivalente al consumo anual de más de 200.000 hogares.
El consumo eléctrico anual de 600.000 personas tirado a la basura porque la España peninsular no dispone de un sistema eléctrico suficientemente flexible. Incapaz de utilizar la enorme capacidad de generación renovable –fundamentalmente eólica– que debería poder integrar si el gobierno central comprendiera cuál es el presente de la generación eléctrica y no quisiera mantenernos en la antigüedad primando tecnologías energéticas obsoletas y caducas.
A pesar de haber sido prevista su generación por parte del propio operador del sistema eléctrico español, estos 636,7 GWh no se han podido integrar porque la inflexibilidad de los reactores nucleares no lo ha permitido.
A partir del Viernes Santo –el día 29 de marzo– el operador del sistema incluso tuvo que dar instrucciones a los reactores nucleares para que bajaran generación. La baja demanda no permitía tenerlos en servicio a plena potencia tal como habían sucedido el día anterior, Jueves Santo. Ese día, sin embargo, ya se había reducido la generación eólica en un 23,5% sobre la generación inicialmente estimada por el operador del sistema.
Los parques eólicos son los que más han sufrido el mantener los reactores nucleares operativos. Ha sido un auténtico Vía Crucis, incluso un Calvario.
El Viernes Santo la aportación eólica fue de unos 60 GWh, cuando el operador del sistema había previsto 285,4. Una reducción del 79% sobre la aportación inicialmente prevista. El Sábado Santo de los 264,8 GWh previstos se aportaron sólo 126,7 GW, una reducción del 52,2%. El Domingo de Resurrección, de una contribución prevista de 120,5 GWh sólo se pudieron aportar 75,6 GWh, una reducción del 37,2%. Y el Lunes de Pascua, de los 299,2 GWh que preveía el operador del sistema que podrían producir los parques eólicos en función del recurso disponible, la previsión a primera hora de la tarde indicaba que sólo se aportarían 111,9 GWh, tirando el 62,5% de la producción.
En total, como se ha dicho 636,7 GWh que no han aprovechado nadie.
Lecciones a aprender
Hay muchas, pero mencionaré solo tres.
La primera. Con el sistema de generación eléctrico actualmente en servicio en la España peninsular es perfectamente viable prescindir completamente de la generación de origen nuclear. Ahora mismo. De hecho, eso sería beneficioso para poder integrar con más facilidad la generación renovable variable como la eólica que, recuerdo entre paréntesis, ya lleva cinco meses consecutivos siendo la primera fuente de generación en la España peninsular. Este mes de marzo ha generado 5.856 GWh, pero podría haber llegado hasta 6.381 GWh si no se hubieran parado parques eólicos para mantener reactores nucleares en servicio. Este mes de marzo la eólica habría superado el récord de generación mensual establecido el pasado enero en 6.332 GWh.
Los propietarios de los ciclos combinados a gas también estarían encantados con el cierre nuclear, ya que éstos, a diferencia de los binarios reactores nucleares que solo conocen el ON y el OFF, se adaptan a la perfección a la variabilidad de la generación eólica.
La segunda. Que no se le ocurra a nadie proponer, de nuevo, que se mantenga en servicio el viejo reactor nuclear de Garoña. Parece que su propiedad tiene más cordura que el ministro de Industria y que el secretario de Estado de Energía, y que ese reactor nuclear no se volverá a poner en marcha.
Y la tercera. Necesitamos un sistema eléctrico más flexible, que pueda integrar la totalidad de la generación renovable variable que los activos de producción de la España peninsular son capaces de generar y que generarán los nuevos activos que se deberán construir para poder cumplir con los objetivos de penetración de las renovables para el año 2020 y con los nuevos que la Comisión Europea fijará, en breve, para el año 2030.
Pero antes, será necesario que los actuales responsables españoles de energía cambien de idea, o dimitan por incompetentes.