No todas las tecnologías son iguales, no todas arrojan los mismos beneficios (ambientales, de creación de empleo, de suma al producto nacional bruto, de evasión de capitales por mor de las importaciones), no todas están sometidas al mismo régimen y no todas van a encajar del mismo modo la Tasa Soria, ese impuesto "universal" –del 6%– que hay que aplicar a todo kilovatio, independientemente de cuál sea su origen. Y no todas las tecnologías encajarán esa tasa por igual porque, sencillamente, no todas las tecnologías son iguales. El vicepresidente de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), Luis Torres, lo comentaba el pasado lunes: tecnologías convencionales, como la nuclear o los ciclos combinados de gas –decía Torres– repercutirán ese seis por ciento en el precio de venta, es decir, en el consumidor, mientras que los productores de energías renovables tendrán que sacar ese seis por ciento de su cuenta de resultados, ya que cobran un precio fijo. ¿Conclusión? Ya no se trata de que el ministro Soria le haya quitado la "ventaja" a las renovables (la prima fue suprimida en enero); ahora de lo que se trata es de que la "ventaja" se la ha dado a las convencionales (gas, carbón, nuclear), concretamente un 6% de ventaja.
Palo del 36% a la fotovoltaica
Según declaraciones del vicepresidente de la patronal fotovoltaica, Luis Torres, recogidas por Europa Press, "en general, la situación del sector es de quiebra", ya que "prácticamente ningún" promotor será capaz de mantener la rentabilidad de los proyectos: "en la solar fotovoltaica ya sufrimos un ajuste del 30%, con lo que el ajuste total ascenderá a partir de ahora al 36%". Así las cosas, Torres asegura que, si el proyecto de reforma energética aprobado en el último consejo de ministros termina por materializarse –lo cual es muy probable–, "habrá proyectos FV que acabarán en una situación de bancarrota". La crítica es compartida por numerosos actores del sector. Ayer mismo publicábamos en la sección de Panorama la reacción del clúster Ricam a la aprobación de la Tasa Soria. Y esa asociación canaria opina exactamente lo mismo: la nueva tasa del 6% "sólo puede ser trasladada al consumidor por las compañías eléctricas, pero no por las renovables, incrementando así el déficit tarifario que precisamente se pretende reducir". En definitiva –señala Ricam–, las renovables "pagarán un importe superior a las convencionales que no les será devuelto a través de los derechos de cobro sobre el déficit tarifario que sí disfrutan las grandes eléctricas”.
Auditoría eléctrica
La misma lectura de la reforma energética hace la empresa ecooo, que ha difundido un comunicado en el que señala que la reforma de Soria "en realidad permite mantener los beneficios a las grandes eléctricas, ya que pueden repercutir [ese seis por ciento] sobre el precio al que venden la electricidad". Así, concluye ecooo, "sus beneficios no se verán alterados", mientras que los de las renovables –fundamentalmente la fotovoltaica– sí se verán "mermados, dado que tienen un techo de precio máximo ya fijado". Ecooo introduce en todo caso un matiz en su reflexión: "tal y como ha anunciado Soria en el turno de preguntas [turno inmediatamente posterior a la comparecencia que hizo tras el consejo de ministros], próximamente se va a aprobar reforma posterior en la que, entre otras cosas, se va a sacar de la tarifa de último recurso a los consumidores que tengan una potencia contratada superior a los 5kW, que se verán obligados a acudir al mercado liberalizado". Pues bien, según ecooo, "esa próxima medida apunta a que a las compañías eléctricas se les compensará por el impuesto que ahora se les aplica mediante un cobro superior a los consumidores". Y es que ecooo cree que "cualquier impuesto que se aplique a las energías convencionales lo acabará pagando el consumidor". La empresa fotovoltaica ecooo "pide una auténtica y profunda auditoría del sistema eléctrico como base para aprobar leyes que beneficien a la sociedad en su conjunto y no a las empresas poderosas de este país".