"La regulación más restrictiva dictada jamás en ningún país del mundo contra la eólica". Se podrá decir más alto, pero seguramente será difícil decirlo con más rotundidad. El presidente de la Asociación Empresarial Eólica, el recién reelegido José López-Tafall, ha calificado en esos duros términos la política energética del gobierno, una política profundamente reaccionaria -hasta el extremo de la retroactividad- que ha colocado al sector de las energías renovables en general -y al eólico, en particular- al borde mismo del abismo. Según López-Tafall, estaríamos ante "una normativa injustificada en sus planteamientos y desproporcionada en sus efectos sobre nuestro sector, que aboca a este país a una sequía de nuevas inversiones, a una larga travesía de inseguridad jurídica y a multitud de pleitos a nivel nacional e internacional".
Sin el señor Ministro
El presidente de la patronal eólica, que ha inaugurado la Convención en ausencia del ministro de Industria (que ha excusado su incomparecencia "por motivos de agenda"), ha incluido en su discurso un aviso para navegantes: "se nos ha tratado injustamente y nuestra primera obligación, como representantes de nuestros asociados, será recurrir esta decisión [la entrada en vigor, hoy, del nuevo régimen retributivo de las EERR] con todas nuestras fuerzas y en todas las instancias posibles". Según López-Tafall, la apuesta por la eólica es "inevitable, pues el gas y el petróleo se acaban y hay que aprovechar los recursos autóctonos, como están haciendo todos los países de nuestro entorno, como Estados Unidos". La AEE ha concedido este año su Distinción Anual precisamente a ese país "por la decidida apuesta que ha realizado Barack Obama por la eólica durante su presidencia".
AEE premia a Obama
El galardón lo ha recogido el embajador de Estados Unidos (EEUU) James Costos, quien, tras agradecer el premio, ha asegurado que la eólica “es una parte importante de la estrategia de Obama para enfrentarse al cambio climático” y “reducir la dependencia de los hidrocarburos importados”. Según Costos, con inversiones por valor de 25.000 millones de dólares, “la eólica es la fuente de energía que más crece en EEUU”, donde se calcula hay 80.000 empleos que dependen del sector. “La inversión en I+D en EEUU en eólica y solar -ha añadido el embajador- ha sido impulsada no sólo por las empresas americanas, sino también por las españolas: vuestra colaboración es clave para continuar la historia de éxito de las renovables en EEUU y cumplir el objetivo de doblar el uso de energía eólica y solar otra vez de cara a 2020” (la producción eólica se ha cuadruplicado allí en cinco años).
Algunas de las reclamaciones de la AEE
De estrategias gubernamentales también ha hablado Tafall. El presidente de la AEE ha insistido por ejemplo en que el regulador puede ayudar al sector "de muchas maneras". ¿Por ejemplo? "Recuperando el puesto que le corresponde a España a nivel internacional en foros fundamentales que apuestan decididamente por la eólica, como el Club de los 10. E impulsando unos objetivos ambiciosos en materia de renovables dentro de la UE. Y puliendo los flecos pendientes de la Reforma Energética. Y peleando por unas mejores interconexiones con Europa para que España pueda explotar su ventaja competitiva y ofrecer su electricidad eólica al resto del continente”. Además,Tafall ha reclamado "medidas de apoyo a la internacionalización y la exportación; a la modernización y racionalización de las herramientas y capacidades de producción –con especial atención a las pymes y a la I+D+i–; a la extensión de vida de los parques eólicos; a su repotenciación y a la minimización de los problemas financieros, entre otras cosas".
Desindustrialización
El objetivo es evitar la desindustrialización de España: "queremos evitar las deslocalizaciones que planean sobre el sector como consecuencia de la Reforma", ha dicho Tafall. Por eso -ha explicado-, "buscamos un futuro para las empresas españolas dentro de España y también fuera de nuestro país, porque no podemos desperdiciar todo lo que hemos aprendido; nuestro Gobierno tiene dos opciones: o no hacer nada y dejarnos caer o tendernos la mano. Porque, tarde o temprano, España necesitará más eólica y, para entonces, sería una lástima que, por haber tomado decisiones erróneas para resolver problemas coyunturales, hubiese que importar una tecnología en la que hoy el país es líder”. El año pasado, España solo añadió a su parque eólico nacional 175 MW (la media de instalación de nueva potencia de los 15 años precedentes fue de 1.518 MW). El gobierno ha cerrado sus dos primeros años de ejercicio con el peor déficit energético jamás registrado en España en un bienio: más de 80.000 millones de euros.