En el número de enero de la revista Bioenergy International se desvela una de las claves de ese suministro energético renovable, en concreto el vinculado a la biomasa. La publicación afirma que contará con el mayor district heating (red de calor distribuido) de España, alimentado por una central térmica de 41 MW y distribuido por una red de tuberías de 11 kilómetros. “La central estará integrada por dos calderas de 3,5 MW y cuatro de 8,5 MW, que serán instaladas en cascada para adaptarse de forma más eficiente y económica al crecimiento esperado de la demanda, a lo largo de las distintas fases de ocupación de la ciudad”, se especifica en el reportaje.
Biocombustible autóctono
Además de la central térmica para el district heating, está prevista también la construcción de una planta eléctrica de 15 MWe cuyo calor sobrante será aprovechado para secar la biomasa que la alimenta. Otras de las informaciones que aporta Bioenergy International, es que el biocombustible utilizado serán astillas procedentes de la biomasa de pino silvestre, pino resinero y rebollo presente en los montes de la Comarca de Pinares, a caballo entre Soria y Burgos. El consumo esperado de biomasa, cuando la CMA alcance su máxima ocupación en 2021, es de 20.512 toneladas/año.
La revista confirma que tanto la central térmica como la planta eléctrica son propiedad de Gestamp Biotérmica, que se encargará de su gestión a través de una empresa creada al efecto, Bioeléctrica de Garray. La inversión de la central térmica asciende a 5 millones de euros y generará cuatro empleos directos, mientras que la eléctrica tendrá un presupuesto de 45 millones de euros y en ella trabajarán 35 personas de forma directa. Las obras de la distribución del district heating son financiadas por la sociedad pública de Castilla y León, Gesturcal.
No obstante, a pesar de estos y otros servicios energéticos renovables con los que contará la CMA, el proyecto ha recibido numerosas críticas desde varios sectores. Las principales organizaciones ecologistas estatales y locales consideran que “no se puede llamar Ciudad del Medio Ambiente a un proyecto urbanístico insostenible que arrasará uno de los espacios ribereños (los sotos de Garray, en el Duero) más importantes de nuestro país”. Por otro lado, el Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia denunció que la construcción de la CMA supondrá la desaparición del paisaje arqueológico del yacimiento de Numancia, por la cercanía con el soto de Garray. Por último, a finales del pasado año, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ordenó la paralización de las obras del complejo y estableció medidas de protección para las zonas más sensibles, donde se prohibía la tala de árboles y la desecación de acuíferos, cauces y humedales.
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