EFE Verde informa que así lo ha anunciado su secretaria general, Christiana Figueres, en una rueda de prensa vía internet con corresponsales ambientales de todo el mundo celebrada ayer, previa a la reanudación oficial de las negociaciones climáticas en la reunión que se celebra del 1 al 11 de junio en Bonn.
La ONU ya cuenta con un borrador de acuerdo de París, aprobado por los países en febrero, traducido a todos los idiomas oficiales de Naciones Unidas, pues un requisito fundamental en su burocracia para la rúbrica de un tratado en una cumbre es que seis meses antes exista un texto base del mismo. El documento actual, no obstante, posee 86 páginas y 1.234 paréntesis con distintas opciones que hay que ir concretando.
Para acelerar el proceso de “limpieza” de ese texto Figueres avanzó que en Bonn dividirán su contenido en tres documentos, y que la labor de los negociadores allí consistirá en ir sacando párrafos de la matriz y distribuyéndolos en tres “productos”.
Los "prodcutos"
Uno de ellos es el acuerdo de París en sí, es decir, el texto legal que los países van a firmar bajo el paraguas de Naciones Unidas y que sustituirá al Protocolo de Kioto, con la salvedad de que pretende incluir a todos los países. Sobre el mismo ha dicho que no será muy extenso y que sigue sin concretarse si será o no jurídicamente vinculante.
El segundo “producto” será “La Decisión de París“, un documento acordado en la cumbre de diciembre, al margen del protocolo, tratado o acuerdo internacional antes mencionado pero complementario del mismo. “La Decisión de París” será la encargada de desarrollar todos los aspectos técnicos del pacto global para el clima, que entraría en vigor en 2020, cómo por ejemplo cuáles serían los periodos de cumplimiento o cómo se articularían mecanismos transparentes de revisión para asegurar que los países hacen lo prometido.
La tercera vía de negociación sacará del texto todo lo que haya que discutir previo a que entre en vigor el tratado en 2020, desde las promesas de reducción de emisiones anteriores a esa fecha hasta cómo involucrar al sector privado en la lucha contra el calentamiento.
Más alcance que Copenhague
Figueres ha reconocido la “complejidad” de las negociaciones, si bien ha subrayado “que no hay que extrañarse, ya que el alcance de lo que hay sobre la mesa es mucho mayor” de lo que hubo en la fallida Cumbre de Copenhague. “La estructura es más compleja y por eso hemos decidido dividirla en tres piezas de negociación que, no obstante, nos permitan avanzar en el mismo sentido”, ha agregado.
Preguntada por las expectativas de París, Figueres ha subrayado que “será el principio de un proceso que nos permita restaurar el balance ecológico del planeta a finales de siglo, de manera que para esas fechas no emitamos más de lo que la Tierra pueda absorber”.
“El acuerdo de París abrirá una ruta, forzará a los países a establecer planes para la descarbonización de sus economías a mediados de siglo y establecerá transferencias financieras y tecnológicas para que los países en desarrollo se adapten al cambio climático y puedan desacoplar el crecimiento del incremento de emisiones de gases de efecto invernadero”, ha agregado.
Mayores esfuerzos
La secretaria del CMNUCC ha admitido, no obstante, que el texto que saldrá de la COP21 no será suficiente en sí mismo para que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados, límite fijado por la ciencia para que las consecuencias del cambio climático no sean catastróficas.
Respecto a las contribuciones de los países al acuerdo de París, ha adelantado que Canadá presentará la suya a finales de junio, Australia a mediados de julio y que China lo hará en algún momento del verano.
Figueres ha reconocido que no sabe cuándo procederán otros dos grandes países emisores pendientes de entrega: Brasil e India (el resto de las principales economías los han presentando ya), y se ha mostrado abierta a recibir contribuciones fuera del plazo fijado, que expira el 1 de octubre.
Reunión de 13 jefes de estado
El pasado 9 de mayo, 13 jefes de Estado y de Gobierno del Caribe, reunidos en la isla francesa de Martinica en un encuentro regional sobre el clima de la que salió la Declaración de Fort de France. suscribieron una declaración pidiendo que de la Cumre de París resulte en un acuerdo climático eficaz.
En la declaración, se subraya que los habitantes de la región están sufriendo los efectos del cambio climático que, afirman, "podrían llevar a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, a patrones de lluvias más intensos y cambiantes, la acidificación creciente y calentamiento de los océanos, blanqueamiento de coral, aumento del nivel del mar, erosión costera, salinización de los acuíferos, el surgimiento de nuevas enfermedades, una menor producción agrícola y la reducción de los recursos pesqueros".
Los líderes caribeños señalan que sus países están entre los más vulnerables a los impactos del cambio climático e insisten en la urgencia de financiar programas de adaptación. Reafirman además su compromiso de liderar el ejemplo reduciendo sus emisiones.