"Los recursos de energía oceánica disponibles en todo el mundo superan nuestras necesidades energéticas actuales y futuras", según la Comisión Europea. La energía oceánica -explica la CE- "abarca todas las tecnologías que aprovechan las energías renovables de nuestros mares y océanos distintas de la eólica marina". La Comisión asegura que la explotación de la energía de los océanos "permitiría a la Unión Europea (UE) avanzar hacia una economía hipocarbónica y, al reducir la dependencia de la UE respecto a los combustibles fósiles, mejoraría la seguridad energética; además, la energía oceánica podría contribuir a equilibrar la producción de otras fuentes de energía renovables, como la energía eólica y la energía solar, para garantizar un suministro eléctrico total estable de energía renovable a la red; y, por fin, la energía oceánica tiene el potencial de crear trabajos nuevos y de alta calidad, especialmente en las zonas costeras de Europa, que, a menudo, soportan una alta tasa de desempleo".
Independencia energética y empleo
Pues bien, en ese marco conceptual, la Comisión anunció ayer el lanzamiento de un plan de acción de la energía oceánica que creará un foro con el objetivo de "reunir los conocimientos y la experiencia existentes, crear sinergias, aportar soluciones creativas e impulsar el desarrollo de este sector". Según la CE, se trata de una herramienta "destinada a ayudar a las partes interesadas a elaborar una hoja de ruta estratégica para el sector de la energía de los océanos, que podría servir de base para una iniciativa industrial europea en una fase posterior". La comisaria europea de Asuntos Marítimos y Pesca, Maria Damanaki, explicó ayer en ese sentido que "los mares y los océanos pueden generar un enorme crecimiento económico y crear ese empleo que tanto necesitamos; ayudando al sector de la energía oceánica a desarrollarse plenamente, podemos aprovechar este potencial, garantizando al mismo tiempo a Europa una energía limpia y renovable".
Más estables
El comisario de Energía, Günther Oettinger, ha señalado por su parte otra de las virtudes de las energías marinas: el desarrollo de una amplia gama de fuentes renovables de energía -ha dicho- facilita la integración de todas ellas en el sistema energético europeo (las energías oceánicas son menos variables que energías renovables terrestres, como la eólica o la solar). Según la CE, en todo caso, son varios los "desafíos". La CE cita, en concreto, cuatro grandes retos: los costes tecnológicos son elevados y el acceso a la financiación, difícil; existen grandes obstáculos de infraestructura, como problemas de conexión a la red o de acceso a instalaciones portuarias adecuadas y a buques especializados; existen obstáculos administrativos, como procedimientos de autorización y licencia complejos, que pueden retrasar los proyectos y elevar los costes; y existen también problemas ambientales, en particular la necesidad de intensificar la investigación y de disponer de mejor información sobre los impactos ambientales.
Comunicación de la CE "Energía Azul" al Parlamento Europeo, el Consejo, el Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones. El título completo es "Energía Azul. Acción necesaria para desarrollar el potencial de las energías oceánicas en los mares y océanos europeos de aquí a 2020 y en adelante".