Hasta dentro de quince meses (con medidas definitivas si las hubiera) o, en el mejor de los casos, nueve (medidas provisionales) no concluirá la investigación que acaba de iniciar la Comisión Europea. De momento, esta se muestra concluyente en el texto del procedimiento abierto: “Los indicios razonables facilitados por el denunciante (el EBB) muestran que el volumen y los precios del producto importado investigado han tenido, entre otras consecuencias, repercusiones negativas en el nivel de los precios cobrados y la cuota de mercado de la industria de la Unión Europea, lo que ha tenido efectos muy desfavorables en los resultados generales y la situación financiera de dicha industria”.
Para la sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), las pruebas presentadas por el EBB demuestran que “realmente existe una distorsión en los precios de las materias primas de ambos países basadas en las tasas diferenciales a la exportación que aplican Argentina e Indonesia, mediante las que se grava en menor medida el biodiésel elaborado que la materia prima con la que se fabrica, y que ello ha podido generar una situación de dumping”. Recuerdan que esta diferencia entre el precio nacional y el precio a la exportación hace que la importación de biodiésel argentino e indonesio haya aumentado y, por tanto, la industria europea se vea muy afectada.
La CE ya impuso aranceles superiores al biodiésel de EEUU en un proceso similar
Según la CE, la investigación determinará si el producto investigado está siendo objeto de dumping y si las importaciones han causado un perjuicio a la industria de la UE. Añaden que “si las conclusiones son afirmativas, la investigación examinará si la adopción de medidas no iría en contra del interés de la UE”. Entre los procedimientos para determinar si existe o no dumping, se invita a los productores exportadores del producto investigado de los países afectados a que participen en la investigación de la CE a través de cuestionarios. En la actualidad hay abierto un procedimiento similar sobre el bioetanol de Estados Unidos, y hace dos años la CE impuso medidas antidumping y antisubvención al biodiésel importado de este mismo país.
Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes, afirma que “el sector lleva padeciendo prácticas comerciales ilegales y desleales desde hace casi seis años, encontrándose actualmente en una situación límite, por lo que esperamos que la Comisión Europea acabe imponiendo derechos antidumping sobre el biodiésel importado de Argentina e Indonesia”. Este nuevo episodio se suma a otros que llevaron a la aprobación en España de una orden de adjudicación de cuotas de biodiésel a productores de la UE con el objetivo de frenar las importaciones y favorecer la producción española. Sin embargo, tres meses después de la presentación de solicitudes de cuotas, la industria sigue sin obtenerlas.
Argentina niega prácticas desleales y la existencia de subsidios
Desde Argentina, el Gobierno de Cristina Fernándes presentó recientemente ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) una queja a la restricción a las importaciones de biodiésel derivada de la mencionada orden aprobada en España. Por otro lado, la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) ha negado en varias ocasiones que cometa prácticas desleales o ilegales en sus exportaciones. Sobre el tributo más alto a la exportación de aceite en bruto que al biodiésel, consideran que “es una medida legal, encuadrada en las normas vigentes de la OMC, y bajo ningún punto de vista puede ser considerada esta medida como subsidio”.
La realidad que presenta APPA Biocarburantes es que en España la producción de biodiésel bajó por primera vez en 2011, “nada menos que en un 50%, y el ratio medio de utilización de su capacidad se situó en tan sólo el 14%”, añaden. Los datos que aporta la asociación, referentes al último trimestre de 2011, señalan que el biodiésel consumido en nuestro país fue de nacionalidad argentina e indonesia, ya que juntos alcanzaron una cuota del 89% del mercado español. A lo largo del 2011, casi tres cuartas partes del biodiésel consumido en España procedió de estos dos países, concluyen.
