Greenpeace acaba de publicar, cuando están a punto de cumplirse cuatro años del accidente nuclear en Fukushima, sendos informes sobre la situación actual en la zona del accidente. En ellos, la organización ecologista advierte de que "se siguen liberando importantes cantidades de contaminación y de que la probabilidad de nuevos accidentes sigue siendo alta". Además, los ecologistas subrayan que "Japón -con el tercer mayor programa de energía nuclear del mundo- lleva casi dieciocho meses con todos sus reactores nucleares parados sin haber causado ningún corte en el suministro eléctrico en el país, lo que demuestra la obsolescencia de esta peligrosa energía".
El informe
Greenpeace repasa en este primer documento -La Crisis Nuclear Japonesa. Informe sobre el estado de Fukushima Daichii-el estado de Fukushima Daichii a día de hoy. La organización ecologista destaca, entre los principales problemas, los siguientes (reproducimos literalmente):
• No se conoce la ubicación exacta de los núcleos fundidos, causantes de la emisión de la radiactividad peligrosa para la salud y el medio ambiente, aunque se acepta que una gran proporción se ha derretido a través de las vasijas a presión.
• Hay agua contaminada por todas partes. El agua contaminada se filtra y la que no, se almacena (hasta ahora, un total de 320.000 toneladas). Las aguas subterráneas se contaminan también debido a la contaminación superficial para, posteriormente, acabar en el océano Pacífico. Oficialmente, se emiten 800 toneladas más, de las cuales la mitad escapan sin control y contaminan cada día.
• Elevados niveles de radiación. El nivel objetivo de descontaminación del Gobierno japonés a largo plazo es de 0,23 micro Sv/h. En el monitoreo que Greenpeace realizó en octubre de 2014 encontró que un 59% de las mediciones de radiación sobrepasaban el nivel objetivo. Hay radiación a niveles suficientemente altos como para plantear problemas de salud para las personas que siguen conviviendo a diario con esta contaminación.
• Residuos nucleares hasta en patios traseros de viviendas. Las áreas de almacenamiento temporal ya están cerca de su capacidad máxima y los residuos radiactivos se están almacenando en alrededor de 54.000 lugares de la prefectura de Fukushima, incluyendo los patios traseros de las viviendas, aparcamientos y parques. Cálculos oficiales estiman que el proceso de limpieza generará una cantidad de residuos que necesitará un volumen de almacenamiento de entre 15 y 28 millones de metros cúbicos, suficiente para rellenar entre 12 y 23 estadios como el Tokyo Dome.
• La complicada extracción del combustible gastado de las piscinas, donde se almacena tras extraerse del reactor, ha comenzado por el reactor menos dañado (el 4). A partir de este año queda la parte más complicada, la de los reactores 1-3, en los que hay elevados niveles de dosis de radiación que hacen que sea imposible para los seres humanos trabajar.
• El desmantelamiento de la central nuclear es una incógnita. Empezará en la primera mitad de 2020 a 2025, pero el plan general -que habla de unos 30 a 40 años- está condicionado a una serie de presupuestos que son irrealizables.
Los efectos de Fukushima
El segundo informe de Greenpeace -Los efectos de Fukushima- ofrece una perspectiva general del impacto que ha tenido el desastre de Fukushima en la industria nuclear, tanto en Japón como en el mundo entero. A continuación, recogemos (literalmente) las que Greenpeace considera principales conclusiones.
• Japón sigue adelante sin energía nuclear. Los 48 reactores nucleares de Japón (sin contar el de Fukushima Daiichi) se encuentran en parada a largo plazo. El 11 de marzo de 2015 Japón llevará casi año y medio sin energía nuclear; el último reactor se desconectó el 15 de septiembre de 2013. Esto no ha causado ningún corte en el suministro eléctrico.
• Reinicio de los reactores sin garantías posibles. El supuesto cumplimiento con los requisitos de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) y la futura aprobación del proceso de reinicio de los reactores de Sendai o de cualquiera otro reactor bajo revisión no significa que se haya evaluado la seguridad nuclear global de dichos reactores. El presidente de la NRA admitió que “no podemos decir que nunca más ocurrirá un desastre; los reglamentos no pueden garantizar la seguridad”.
• El presupuesto de Japón de 2014 para la reconstrucción tras el desastre nuclear era de 652,3 mil millones de yenes (6.725 millones de dólares al cambio de marzo de 2014). Todavía falta calcular el coste real del desastre, aunque se barajan diversas cifras. En febrero de 2013 una de las estimaciones más precisas sobre el coste económico del desastre de Fukushima se situaba en 169.000 millones de dólares.
• Aceleración de la tendencia bajista mundial de la generación nuclear. El año 2011 vio la mayor caída en la generación nuclear, con un descenso del 4%. En 2012, aumentó la caída con otra cifra récord del 7%. Aunque el 75% de esta caída se debe a la desconexión de la mayoría de la flota nuclear japonesa, otros 16 países, incluidos los cinco generadores nucleares más grandes (1), ven cómo disminuye su producción nuclear.
Greenpeace está recogiendo firmas para parar los procesos de reapertura que se han puesto en marcha en Japón, hasta el momento, para la central nuclear de Sendai y Takahama, y pedir el cierre definitivo de todos los reactores nucleares de Japón: www.greenpeace.org/zeronuclear2015.