Al principio de la semana pasada se empezó a extender la noticia del cierre de la planta de Corduente (Guadalajara) por parte de sus propietarios, Iberdrola, que la explota a través de Tamoin Power Services. El jueves 20, la compañía eléctrica salió al paso de las informaciones y afirmó que la cerrará el 31 de diciembre “por una parada técnica para mejorar su eficiencia”, según recogía EFEverde. Añadía Iberdrola que la central es “un proyecto innovador y que la parada pretende reenfocarlo a nivel técnico y económico". Concluye, según recoge textualmente la agencia, que “la biomasa es una tecnología nueva que necesita todavía ajustes y reenfoques".
Es cierto que existen pocas plantas en España enfocadas cien por cien a la biomasa forestal industrial, pero no se debe tanto a la falta de tecnología apropiada. Desde el colectivo de trabajadores, la alcaldía de Corduente y el PSOE de Guadalajara señalan otras causas. La misma información de EFEverde revela que fuentes de los trabajadores de la central alegan que la planta cierra definitivamente porque tiene pérdidas y que solo volverá a abrir si la eléctrica consigue venderla. Sostienen que ha existido "mala gestión" por parte de Iberdrola, ya que la operación correspondía a personal subcontratado y el abastecimiento de madera no era el más eficiente.
Se pierde el rastro de los 280 empleos que se iban a crear
Los trece empleados de la planta ya han recibido el preaviso de despido por parte de Tamoin, pero quieren plantear a Iberdrola un compromiso de recontratación, en caso de que la planta vuelva a ponerse en marcha tras el modificado técnico. Aún no han recibido contestación a la propuesta. La eléctrica ya había prescindido de tres trabajadores, ya que se puso en marcha con una plantilla de veinte, aunque cuando se inauguró, Iberdrola Renovables contaba más, y afirmaba que “da trabajo a dieciocho personas en la planta y a catorce en la trituración y traslado de la biomasa, además de las 250 que emplea la Junta en la limpieza de los montes”.
El problema es que ya no hay tantas personas limpiando los montes. De esta tarea se encarga la empresa pública Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (Geacam). Según una información del portal GuadaQué, la alcaldesa de Corduente, Isabel Fernández, afirma que los responsables de Iberdrola han reconocido la falta de rentabilidad económica de la planta, agravada por la finalización del convenio con Geacam para el desbroce de montes en el aporte de combustible y por el nuevo impuesto de las eléctricas.
“El cierre se suma a los recortes que padecemos en toda la comarca de Molina”
En La Crónica de Guadalajara recogen las palabras de la parlamentaria regional del PSOE en esta provincia, Yolanda Lozano, quien añade que “los despidos en la planta de biomasa se añadirán a los 180 puestos de trabajo que se han perdido en Geacam en toda la comarca de Molina de Aragón”. Lozano especifica que "la planta dejó de ser viable desde que el Gobierno regional rompió unilateralmente el convenio por el que Geacam suministraba el 40 por ciento del combustible empleado para generar energía a través de los trabajos de limpieza del monte".
Isabel Fernández recuerda que la planta era uno de los compromisos encuadrados en el Plan Integral del Ducado tras el grave incendio de 2005 del Alto Tajo, firmado por el anterior Gobierno regional y los ayuntamientos de la zona y con vigencia hasta 2015. La alcaldesa afirma que varios madereros de la comarca se habían quedado recientemente en subasta con la saca de la madera del incendio de Checa, con el compromiso de llevar el residuo forestal a la planta, "y ahora su futuro también está en el aire". Fernández concluye indignada que esta mala noticia “se suma a los recortes que ya venimos padeciendo en toda la comarca de Molina con los despidos de los agentes medioambientales, con las ambulancias, las escuelas y todo".