La instalación ha sido financiada por Naval Facilities Engineering Command junto con the Hawaii Natural Energy Institute, y desarrollada por Makai Ocean Engineering, una firma de diseño e ingeniería con sede en el archipiélago del Pacífico.
Su funcionamiento está basado en la diferencia de temperatura existente entre el agua marina profunda (fría) y la superficial (templada), bombeando grandes cantidades de ambas aguas –de fondo y superficie- para hacer funcionar un ciclo energético a través de una turbina de vapor, que produce electricidad en una estación ubicada en tierra.
Makai se muestra convencida de que este tipo de plantas presentan un inmenso potencial y ya planea otra instalación a mayor escala. La ingeniería recuerda que cerca del 70% de la energía solar es capturada por los océanos, y la mayor parte es absorbida en los primeros metros de profundidad. Las plantas OTEC pueden extraer parte de esa energía y no necesitan sistemas de almacenamiento.
"Esta planta ofrece un banco de pruebas muy necesario para comercializar la tecnología de conversión de energía térmica oceánica y reforzar la innovación", ha destacado, por su parte, el gobernador de Hawái, David Ige, en una declaración escrita.
Solo renovables en 2045
En la actualidad, Hawái importa casi toda la energía que consume, pero el archipiélago se ha fijado el objetivo de utiliar el 100% de energías renovables para el año 2045. Datos oficiales indican que el Estado se encuentra en buen camino para lograr la meta y podría llegar a tener un 40% de renovabvles para 2030.
EEUU comenzó a investigar el potencial del gradiante térmico del mar como generador de energía en 1974, pero fue Japón el primer país en contar con una instalación de este tipo. En concreto, una planta de 50 kW inaugurada en 2013 y situada en la provincia de Okinawa, en el Mar de la China Oriental.
China, Islas Vírgenes y Bahamas son otros países con propuestas para el desarrollo de plantas térmicas oceánicas.