La organización ecologista ha presentado hoy en Madrid el informe “Iberdrola: empresa enemiga de las renovables”, en el que denuncia que la eléctrica ataca a las energías renovables con el objetivo de proteger su negocio de energía sucia, y para ello utiliza toda su red de influencias políticas para lograr una legislación favorable a sus intereses.
Greenpeace pide a Iberdrola que reconozca que el futuro solo puede ser 100% renovable y, en consecuencia, abandone sus inversiones en energías sucias, dentro y fuera de España y vuelva a invertir a gran escala en generación renovable.
"Hemos cruzado la línea roja del cambio climático, de la inseguridad nuclear, de la crisis económica y del paro, y necesitamos las energías renovables como solución. Por eso, Iberdrola tiene que abandonar de inmediato su campaña de acoso a las renovables y dejar de presionar al Gobierno para someter la política energética a sus intereses", ha declarado Mario Rodríguez, director Ejecutivo de Greenpeace, en la presentación, en la que ha estado acompañado de José Luis García y Julio Barea, responsables de Cambio Climático y Energía.
Iberogreen, el modelo de empresa energética en un sistema eficiente, inteligente y 100% renovable, ha sido el ejemplo que Greenpeace ha utilizado para exponer que la estrategia empresarial de Iberdrola impide el desarrollo de las energías renovables en España y fomenta continuar la actual dependencia de los combustibles fósiles.
No es que la organización ecologista pretenda crear dicha empresa, como ha dejado claro José Luis García, sino que Iberogreen, explica, “es el modelo que debería ser”
Todo menos verde
Estos son los motivos por los que Greenpeace considera a Iberdrola como empresa enemiga de las renovables:
• El principal negocio de Iberdrola es el gas, el uranio y el carbón, y no las energías renovables. Desde 2005 a 2012 (tanto fuera como dentro de España) la eléctrica produjo con renovables únicamente el 14,99% de su electricidad, mientras que el resto, un 85,01%, lo hizo con tecnologías convencionales.
• Desprestigia a las energías renovables para defender sus intereses. La eléctrica cae en contradicciones entre la imagen verde de la publicidad de Iberdrola y su discurso político, abiertamente hostil hacia las renovables en los últimos años. Ejemplo de ello es la defensa de la energía termosolar que realizaba en 2009 cuando inauguró su planta de Puertollano (Ciudad Real) para pasar, hoy en día, a pedir que no se invierta más en lo que denomina un "híbrido gas-solar".
• Utiliza todo su poder para lograr legislación a favor de sus intereses. Los pagos a las centrales térmicas por capacidad y disponibilidad, los "beneficios caídos del cielo" para las nucleares e hidráulicas o las diversas normativas que establecen una moratoria y recortes retroactivos a las energías renovables son ejemplos de ello. El más reciente ha sido el trato de favor recibido por la central nuclear de Garoña para que pueda permanecer sin ser desmantelada a pesar de haber sobrepasado todos los plazos legales.
"Con sus ataques a las renovables, lo que Iberdrola trata de impedir es la competencia de las múltiples empresas que han invertido en estas tecnologías, en las que no puede mantener la posición de dominio a que ha estado acostumbrada con las energías sucias", ha afirmado Mario Rodríguez.
La burbuja del gas
Además, Greenpeace acusa a Iberdrola de haber liderado en España la burbuja del gas. “En poco más de una década ha instalado 5.893 MW de centrales térmicas de gas de ciclo combinado. Sin embargo, el descenso de la demanda eléctrica como consecuencia de la crisis, el decreto de ayudas al carbón y a la alta penetración que tienen las energías renovables en la red han provocado la caída en las horas de funcionamiento de las térmicas de gas”, señala.
Greenpeace hace hincapié en que uno de los motivos por los que Iberdrola ataca a las renovables es que sus centrales de gas han pasado de funcionar 4.211 horas en 2008 a 1.540 horas en 2012, lo que ha hecho perder a la empresa unos ingresos potenciales de entre 4.250 y 5.500 millones de euros, según estima el informe.
El vaivén de las puertas giratorias
La gran capacidad de Iberdrola de influir en los sucesivos gobiernos (central y autonómicos), y que Ignacio Sánchez Galán practica con “gran dinamismo”, así como la creciente presencia en la eléctrica de ex miembros de la Administración pública, fenómeno conocido como “puertas giratorias”, son asuntos que preocupan sobremanera a Greenpeace.
Entre esos ex altos cargos de la política que ahora están en la eléctrica se encuentran Ángel Acebes (PP), Manuel Marín (PSOE), Fernando Becker (PP) o Ignacio López del Hierro (afín al PP). Greenpeace recuerda, además, que este fenómeno es habitual en las compañías de energía. Así, Felipe González está en Gas Natural, José María Aznar y Elena Salgado en Endesa, Pedro Solbes en ENEL y Josu Jon Imaz en Petronor.
“Este poder de influencia política se ha reflejado en la normativa aprobada por el Gobierno que favorece el modelo de negocio de Iberdrola””, insisten los responsables de Greenpeace.
Peticiones al Gobierno…
Ante esta situación, Greenpeace pide al Ejecutivo:
• Modificar la Ley de Incompatibilidades para impedir que personas que ejercen cargos de responsabilidad en las grandes empresas energéticas puedan ejercerlos posteriormente en la Administración pública y viceversa.
• Obligar a una separación jurídica y patrimonial completa entre las empresas que poseen las redes de transporte y distribución de electricidad y las que poseen las centrales de generación, y no permitir su pertenencia a un mismo grupo empresarial.
• Poner fin a la moratoria a las energías renovables.
• Elaborar una planificación energética, con perspectiva de largo plazo y alineada con las hojas de ruta europeas de la energía y del clima, que incluya un calendario de cierre de todas las instalaciones de energía sucia y su sustitución progresiva por energías renovables y eficiencia energética.
• Presentar una ley de reforma del sector eléctrico que introduzca las reformas necesarias, en coherencia con la planificación, para que España se dote de un sistema energético eficiente, inteligente y 100% renovable. Dicha ley debe incluir una reforma del mercado y de la gestión técnica del sistema para eliminar las barreras a las energías renovables y facilitar una gestión flexible para su óptima integración.
• Regular el derecho al autoconsumo con energía limpia con sistemas de medición neta que incorporen las señales económicas apropiadas para un intercambio de energía eficiente con la red.
Y a Iberdrola
• Abandonar su campaña de ataque a las energías renovables.
• Dejar de presionar al Gobierno y de pretender que la política energética esté sometida a los intereses de la compañía.
• Apoyar una regulación del autoconsumo de energía limpia que facilite que todos los ciudadanos puedan ejercer en condiciones favorables su derecho a producir y consumir su propia energía.
• Reconocer que España debe ir hacia un sistema eléctrico 100% renovable.
• Adoptar un nuevo plan estratégico en el que la prioridad de sus inversiones estén alineadas con un modelo Energía 3.0 (basado en inteligencia, eficiencia y 100% renovable).
• Establecer un calendario de cierre de sus instalaciones de generación de energía sucia, comenzando por las de tecnología nuclear y térmica de carbón.
• Abandonar sus inversiones en energías sucias, dentro y fuera de España, y volver a invertir a gran escala en generación renovable.
Mario Rodríguez afirma que ya han traslado tanto al Gobierno como a la Iberdrola estas peticiones. ¿Habrá respuesta?