Dicho estudio, que ha sido financiado por el propio ejecutivo canario, analiza cuánto cuesta generar energía en el archipiélago, comparando las diferentes fuentes existentes. A partir de ahí, se determina el diferencial global respecto del sistema eléctrico peninsular, así como en cada una de las islas. Según el informe, "los datos obtenidos, en términos de costes de generación para cada isla, son altamente reveladores, siendo el diferencial ampliamente favorable para la energía eólica y, en menor medida, para la fotovoltaica, frente a los más costosos sistemas convencionales que alimentan las centrales de la comunidad autónoma" (diésel y fueloil).
Según la Federación Provincial de Empresarios del Metal y Nuevas Tecnologías de Santa Cruz de Tenerife (Femete), "el sobrecoste global del sistema eléctrico canario frente al peninsular se estima entre 700 y 800 millones de euros que hasta ahora ha venido cubriendo el estado. Sin embargo, en los Presupuestos Generales del Estado para 2010 ya se ha computado esa cantidad como aportación a la financiación de Canarias, engrosando las cuentas de forma ficticia". A la luz de esos primeros números, el Cluster Ricam, entre cuyos socios se encuentran las patronales canarias del metal Femete y Femepa, considera fundamental "dar un mayor impulso a las renovables, trabajando por establecer un sistema estable y razonable de remuneración de estas energías, creando un marco legal específico para Canarias".
A su vez, Ricam considera los objetivos del Pecan (Plan Energético de Canarias) "no como un máximo, sino como un mínimo a superar, fomentando una mayor penetración de esas energías renovables frente a las convencionales, toda vez que se demuestra su mayor y creciente rentabilidad debida a los continuos avances tecnológicos y las nuevas posibilidades del almacenamiento energético, como sucede en El Hierro". El Cluster Ricam recuerda que "las renovables contribuyen a una mayor eficiencia y sostenibilidad ambiental de los sistemas eléctricos, ayudando a mejorar la situación de la región en el cumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kioto, que en la situación actual son inalcanzables y, además, pone en cuestión la estrategia canaria de lucha contra el cambio climático".
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